El Loco de la salina

¿Quiere ser guay?

Es por su bien y para que no viva ajeno a la rabiosa actualidad.

Si de verdad quiere usted ser guay y vivir al día en este mundo que nos contempla horrorizado, siga estos diez mandamientos meticulosamente elaborados en el manicomio. Es por su bien y para que no viva ajeno a la rabiosa actualidad.

1.- Ducha. Levántese de la cama con las mismas ganas de trabajar que cuando estaba en ella, pero no se dirija a la ducha ni de broma. Procure batir el record que ahora mismo está en poder de Isabel la Católica, a la que había que arrancarle con unos alicates la camisita interior, después de muchos meses sin ducharse.

2.- Coleta. Lo ideal es llevar coleta, pero, en su defecto, podría llevar una descuidada melena. Olvídese de los peines. Como si no existieran. Y, como lo imaginamos a usted ferviente protector de los animales más indefensos, debería darles prioridad a los piojos procurando que estén siempre en cabeza.

3.- Barba. Hay que llevar barba, pero no una barba cualquiera. Debe ser lo más sucia y salvaje posible. La palabra es estropajosa. Nada de afeitados. La cara tiene que estar más alejada del agua y del jabón que el cochino del tío Perico.

4.- Pendientes. Una oreja sin pendiente es como un coche sin ruedas y sin brillo. Perfórese el lobulillo sin temor a que se le infecte, que es lo más seguro. Pero ¿y lo que mola? Si además quiere completar del todo la faena, métale mano al piercing o a las argollitas en la nariz. Lo criticarán, pero ya sabemos que la envidia es muy mala.

5.- Tatuajes. Asunto elemental. Si usted no lleva un buen tatuaje, es como si viviera en otro planeta. Póngase el dragón o la muñeca sobre todo en los brazos o en la nuca, para que los demás puedan comprobar a simple vista de lo que es usted capaz para ser guay. Si se quiere poner el maravilloso tatuaje en otras partes del cuerpo más nobles y recónditas, no lo dude, aunque hay cosas que dan escalofrío. 

6.- Corbata. Boicot a la corbata. Si la lleva, dirán que es usted un retrógrado con hechuras de marqués. Procure llevar la camisa al aire, suelta y no sujeta, porque la corbata aprieta la garganta y es símbolo de opresión. No se abroche los primeros botones, para que dé usted la imagen de progresista de pelo en pecho, Si usted es político, no se la ponga nunca en la calle para dar la impresión de que es del pueblo.

7.- Pantalones. Coja las tijeras con decisión y péguele a sus pantalones siete u ocho cortes bien dados, en plan Rajoy, a la altura de las rodillas. El tamaño de los sietes o de los ochos lo dejamos a su gusto. Debe usted parecer un náufrago y no le importe que le digan por la calle que le falta poco para ser un zombi.

8.- Zapatos. Lleve tenis. Es la moda la que manda. De ninguna de las maneras vaya a ponerse zapatos de marca. No hay nada como andar por la vida cómodamente. Olvídese de los zapateros, tanto del que fue presidente como del que no  lo fue.

9.- Habla. Hable en plan cutre. Le vamos a orientar: emplee continuamente palabras como “tío”, “vale”, “aro aro”, “facha”, “fascista” (estas dos últimas, por supuesto, referidas siempre a los demás)…Dé la impresión de que es culto y desenvuelto, aunque tenga en cuenta que la gente no es tonta.

10.- Whatssap. No se prive. Tener muchas faltas de ortografía es señal de agilidad mental. Emplee la X en lugar de “por”, como si estuviera rellenando una quiniela. Escriba “haber” en frases como “a ver qué hacemos contigo”… ¿Sigo?

Si no lleva a la práctica estos consejos, estará desconectado del resto de la gente guay y parecerá un extraterrestre, pero todo sea por la modernidad. Amén.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN