Ayer nos pusieron en el manicomio una película de esas que ni los locos soportan. Una americanada. Era tan mala, que al final no ponía FIN, sino POR FIN. Sin embargo hubo una cosa que me llamó la atención. Cuando el muchachito salía del pueblo, dejó atrás un cartel que ponía: “FORASTERO, DEJAS MI PUEBLO. REGRESA PRONTO”.
Inmediatamente se me vino a la imaginación que en La Isla bien pudiéramos poner algo parecido. De modo que, en cuanto salí de paseo, me fui directo a la salida que tiene La Isla por el Puente Zuazo para ver la manera de copiar lo de la película. Fue pisar sus primeras piedras y ponérseme la cara colorada de pura vergüenza. Un esperpento de caravana rodeada de plásticos sucios, sillas desbaratadas e hierros oxidados y retorcidos reposan en sus cercanías pegándole continuas bofetadas al paisaje. Antes de pisar la calzada que lleva al puente, me da por mirar a la izquierda un desgastado promontorio de mampostería y me acerco.
Tengo que meterme entre jaramagos, hierbajos y vinagrillos para poder leer una placa de mármol que se adivina en la vieja pared. Me encuentro con latas machacadas de Coca cola, papeles rotos, plásticos llenos de pringue, botellas reventadas de Don Simón… Por fin me enfrento a la lápida, aparto las hierbas y leo a duras penas. La transcribo aquí tal como está, aunque muchas letras las borró el abandono:
“AQUÍ FUE EL LÍMITE DE LA ESPAÑA LIBRE
EN ESTE HISTÓRICO PUENTE
LAS BRIGADAS DE ARTILLERÍA E INFANTERÍA
REAL DE MARINA
Y FUERZAS NAVALES Y DEL EJÉRCITO AL MANDO DEL
CAPITÁN DE NAVÍO
DON DIEGO DE ALVEAR Y PONCE DE LEÓN
CON SU HEROÍSMO Y VALOR RECHAZANDO LOS ATAQUES DEL EJÉRCITO FRANCÉS
DESDE EL 10 DE FEBRERO DE 1810 AL 25 DE AGOSTO DE 1812
HICIERON DE ESTAS PIEDRAS VENERABLES EL
ÚLTIMO BALUARTE DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA
EL EXCMO. E ILMO. AYUNTAMIENTO DE SAN FERNANDO LES DEDICA ESTA MEMORIA
24 DE SEPTIEMBRE DE 2007”
Han pasado casi nueve años desde que se puso esta placa y cuesta mucho leerla, porque muchas letras se han dado a la fuga perdiendo su negrura original. Esta es nuestra historia y así la conservamos. Y así nos va. No nos importa grabar en mármol eso de PIEDRAS VENERABLES y, luego, entregarlas al olvido más absoluto.
Le invito a usted, querido lector, a que se dé una vueltecita por allí y, sin que el rubor de la vergüenza reviente su cara, compruebe lo que le digo por si acaso no se fía de este loco. Volviendo a la película americana, ¿no sería bonito que a la entrada de La Isla, en letras enormes como nuestra historia, pusiéramos un expresivo cartel en el que se recibiera al forastero con esas palabras: “AQUÍ FUE EL LÍMITE DE LA ESPAÑA LIBRE”, o algo parecido? ¿Y después, a la salida, tras limpiar la cochambrosa zona, otro cartelazo que diga: “VIAJERO, DEJAS LA ISLA. REGRESA PRONTO” o algo parecido?” ¿Tan complicado es?
Temiendo estoy de ir a ver la otra salida de La Isla en dirección a Cádiz, aunque me ha dicho el loco de mi vecino que el molino y las salinas que hay por el Río Arillo todavía resisten la desidia de la tierra que habitan.
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