El Loco de la salina

¿Carnaval en La Isla?

Yo creo que el Carnaval de La Isla se ha anulado a sí mismo y que, a excepción de algunas agrupaciones que siguen en la brecha, el personal pasa del tema.

Me han dado permiso como siempre por Carnaval y aquí estoy como un loco dando vueltas por La Isla a ver cómo van las cosas. En La Isla, aparte de gente cuerda, sensata y en su sano juicio, también hay algunos locos sueltos cuya mente no funciona al mismo ritmo que la de los demás paisanos. Es de todos sabido y con esto no descubro nada nuevo, que el Carnaval en La Isla está de capa caída y parece no levantar cabeza con el transcurso de los años, sino que muy al contrario va en picado.

Las agrupaciones han ido a menos y cada vez participa menos la gente. Pongo como un simple ejemplo el hecho de que en el año 1988 hubo aquí 2 coros, en el 1989 hubo 3 y en el 1990 salieron 4 coros a la calle. ¿Qué ha podido ocurrir para que toda esa gente que participaba se haya venido cansando y lo haya dejado o en el mejor de los casos se haya ido a Cádiz a otros coros? Es verdad que La Isla tuvo en tiempos no muy lejanos un Carnaval brillante, popular, lleno de ingenio y punta, pero se ha ido marchitando de una forma alarmante hasta quedar reducido a la mínima expresión.

Cada uno que asuma su responsabilidad en este tema. Cádiz atrae con mucha fuerza y hay quien dice que ha llegado a anular el Carnaval de La Isla. Yo creo que el Carnaval de La Isla se ha anulado a sí mismo y que, a excepción de algunas agrupaciones que siguen en la brecha, el personal pasa del tema. Por parte de las autoridades se han potenciado mucho más otras fiestas, pero no les vamos a echar las culpas a los mandamases, que bastante tienen con buscar votos debajo de las piedras y así nos luce el pelo.

Por cierto, algunos políticos han puesto más de moda que nunca el hacerse la fotito a la más mínima de cambio y a continuación quitarse de en medio. Hay una obsesión enfermiza por las fotos, porque parece que hay que vender el producto como sea para seguir eternamente en el sillón. En fin, no sé qué pecado habremos cometido para tener esta penitencia. Y en el asunto del Carnaval ¿qué hacer ante tanta decadencia? Pues sembrar. Tal como lo oyen, sembrar. Aquí no se suele mirar el futuro, sino vivir el presente más rabioso. Como filosofía de la vida no está mal, pero es una pena que siendo ésta una tierra de grandes músicos y de imaginación desbordante, a nadie se le haya ocurrido por ejemplo potenciar los instrumentos propios de nuestra fiesta. Como pienso que el Carnaval es cultura, a pesar de la mala fama que le han dado los cuatro borrachos de siempre, me parece que debemos cuidar lo nuestro y que no se pierda la rqueza que atesoramos por desidia, por desconocimiento o por no saber hacer las cosas.

He vivido unos días muy curiosos echándole un cable al Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz, que a través de su Presidente Eugenio Mariscal Carlos y Antonio Montiel Sánchez montaron en el Centro de Congresos a lo largo de la semana unas charlas para niños y una exposición de fotografías sobre el Carnaval de otras partes del mundo, concretamente de Uruguay. Han pasado por allí más de 2.500 escolares de distintos centros educativos con sus profesores, que se dice muy pronto. Se les ha explicado cuál es la historia del Carnaval, la estructura de sus agrupaciones, se les ha puesto videos sobre coros, chirigotas, comparsas…, e incluso se les ha explicado qué es un pito de caña.

A esto le llamo yo sembrar para el futuro. Por eso, sumándome a estos dos locos, ya somos tres. El Carnaval en La Isla resucitará, pero lo que hace falta ahora es sembrar. Solamente hay que mirar a los ojos de un niño cuando se le explica algo o se le pone a cantar una coplilla, para comprender que en ellos está la solución.

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