Los premios Goya vienen a Sevilla. Ustedes ya lo saben, se han enterado de esto como yo. Será la edición número 33 y la fecha el próximo 2 de febrero de 2019. Es la segunda vez que se van a celebrar fuera de la capital de España, tras haberlo hecho en Barcelona en la edición del año 2000.
De entrada le pido ya a Andreu Buenafuente y Silvia Abril, que serán los presentadores y conductores de la gala, que eviten caer en el chiste fácil de los andaluces, su habla, su “grasia” y todos esos estereotipos o sambenitos que se nos cuelgan. Por el contrario les diría que retraten a la ciudad y de camino a la Comunidad Autónoma que les acoge, de la mejor manera posible: que nos retraten como un pueblo trabajador, alegre (que no “grasioso, repito), acogedor, con una larga e interesante historia, con un patrimonio cultural que nos lo legaron la diversidad de culturas y pueblos que nos poblaron, con una amplia riqueza gastronómica y turística… En fin, con todas esas cosas que ustedes saben tan bien como yo y que de vez en cuando nos gusta oír. Que no se diga que la Academia de Cine no puede contar con buenos guionistas para satisfacer a todos por igual. Y si quieren reivindicar algo, pues que lo hagan, pero por favor que no sea a costa de nosotros.
Pero nosotros también tenemos que ganarnos esto. Y me explico.
Seguramente el sector turístico salga beneficiado de la celebración de esta gala en nuestra ciudad. Como es lógico, muchos de los asistentes no vendrán sólo para la misma, sino que aprovecharán para pasar al menos un par de días en la ciudad. Ahí es donde entramos todos en el juego, siempre detrás de nuestros políticos locales. Y por ello, pido que nos sintamos embajadores de los que nos visiten. Desde los hoteleros (cuidado con los precios) a los camareros de los bares (por favor, mostrad esa mejor cara que todos tenéis); desde los taxistas (miedo me da…) hasta los dependientes de las tiendas de cualquier tipo, que deben vestir con la mejor sonrisa que tengan.
Nuestros políticos deben también apretar para que la Gala de los Oscar sea un escaparate donde mostrar a nuestra ciudad. No vendría nada mal que un publirreportaje (cueste lo que cueste) se emita en las pausas de esta gala. Un publirreportaje que bien podría dirigir alguno de los magníficos directores de cine que tenemos por aquí abajo.
Seamos anfitriones de la Gala de los Goya. Sintámonos todos embajadores en y de nuestra ciudad. Porque al final seremos todos los que saldremos ganando.
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