El Jueves

Buscando a Dylan

Desesperadamente. Este es el término que por problemas de espacio en la edición de esta columna no entra en el titular...

Desesperadamente. Este es el término que por problemas de espacio en la edición de esta columna no entra en el titular. Lo cierto es que la Academia Sueca lleva buscando a su “flamante” Premio Nobel de Literatura desde el día que decidieron otorgarle el galardón. Aquí parece -permítanme el juego de palabras- que Bob Dylan se está “haciendo el sueco” más de lo debido.

Escribir sobre esto a 24 horas de que usted se ponga a leer estas líneas es todo un riesgo. Vaya a ser que en este tiempo, el cantante y poeta estadounidense le dé por responder y queden estas líneas no sólo atrasadas, sino fuera de contexto. De todos modos, corro el riesgo, ya que la Academia ha desistido de intentar ponerse de nuevo en contacto con Robert Allen Zimmerman, que es su verdadero nombre, para comunicarle oficialmente su designación.

La excentricidad de Dylan roza lo grotesco. Sé que a los muchos seguidores del cantante norteamericano -varios buenos amigos míos entre ellos- no les va a gustar que diga esto, pero no me negarán que es así. Dylan no creo que utilice como excusa el no haberlo sabido o no haberse enterado, tratándose como se trata de una noticia de carácter universal. Tampoco entiendo que esté tan ocupado como para no poder atender esa llamada de teléfono. Al fin y al cabo, sólo para decir “muchas gracias, ya estaremos en contacto” tampoco se necesita tanto tiempo. Por ello, sólo me queda pensar que a Bob esto le importa bastante poco. Y es aquí donde viene la reflexión.

Se podrá ser como se quiera, pero la desconsideración no entra en mis cálculos, mucho menos la falta de respeto o de educación. Créanme que pienso que la actitud del americano roza estos conceptos. Sea cual sea el premio que te concedan, qué menos que contestar a quienes se quieren poner en contacto contigo y atenderles. Después vendrá el aceptar el galardón o rechazarlo, que de todo hay en la viña del Señor. Pero al menos dar señales de vida y darse por enterado.

Sara Danius, la secretaria permanente de esta institución que elige cada año al ganador del Nobel en esa categoría, ha manifestado que “si no quiere venir, no vendrá, será una gran fiesta igual”. Entre líneas me parece leer que la decisión que tome Dylan no va a desmerecer el prestigio de este premio. Y me parece que, por parte de la Academia, esa es la actitud correcta. La institución debe estar por encima de la persona, sea quien sea esta última.

Al menos todo esto nos está dejando un buen número de memes y chistes en la red. Ojalá este Nobel sirva para algo más que esto. En manos de Bob está.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN