Se decía hace unos años que una ardilla podría cruzar España sin tener que pisar el suelo, saltando de árbol en árbol por las tierras propiedad de la Casa de Alba. Esto podría ser una exageración, pero si la sabiduría popular lo decía es que seguro que se estaba más cerca de la realidad que de otra cosa.
Desconozco si el referido animalito sería capaz de hacer esto hoy, pero la historia va camino de repetirse, aunque en esta ocasión tomando como referencia los juzgados que, cada mañana, son visitados por quienes en un tiempo fueron dirigentes políticos o gente honrada y respetuosa de este país.
Lo he comprobado cuando ayer miércoles me disponía a mediodía a la noble obligación de actualizarme, con la contemplación televisiva de un informativo. Ahí van las referencias a las primeras noticias con las que este abrió su edición.
En Valencia comparecían en sede judicial miembros del Partido Popular de aquella ciudad (o quizás mejor decir personas que fueron miembros de esta formación política), investigados por la última de las causas que ha salpido a los populares. En Sevilla, la causa de los ERES -qué larga se nos está haciendo- obligaba a pasar por el edificio del Prado de San Sebastián entre otros a José Antonio Viera, ex consejero en la Junta de Andalucía, si bien el día anterior lo hicieron otros mismos colegas del partido. En Palma de Mallorca, por segundo día, Cristina de Borbón, Iñaki Urdangarín, Jaume Matas y otros tantos más eran los protagonistas del recientemente arrancado juicio por el Caso Noos, otro del que también nos quedan crónicas y crónicas que escuchar y leer. Y en la Audiencia Nacional -esto ya es de traca- los Pujol realizaban una visita a dicha Institución, unidos como la gran familia que son, para explicar y contar las muchas mentiras sobre los dineros que tenían -y que imagino que siguen teniendo- en Suiza.
Esto es lo que de un tiempo a esta parte nos ofrece la actualidad. Juicios, causas abiertas, declaraciones, condenas, etc., de aquellos que han tenido en algún momento de su vida responsabilidades políticas o bien, caso de Urdangarín y señora, han debido de ser ejemplo de ciudadanos honestos. Estamos asistiendo gratuitamente a todo un máster en derecho sin darnos cuenta siquiera.
Este es nuestro país y nuestra actualidad. No me extrañaría que esa ardilla que podía cruzarlo sin pisar el suelo haya huído despavorida, por miedo a bajar de los árboles, pisar la tierra y encontrarse con este panorama.
Que tropa, Dios mío, que tropa.
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