Uno ve, en ocasiones, imágenes y noticias que hacen que se le venga el alma a los pies; que están estrechamente unidas a los gustos y preferencias personales o que bien guardan recuerdos agradables del pasado. Una de estas noticias ha sido en estos días el lamentable estado en que se encuentra el Parque Andalucía de los Niños, apéndice de los contenidos del pabellón de nuestra comunidad en la muestra universal.
Ignacio Aguilar, marchenero de nacimiento, fue el creador del mismo. Arquitecto, acuarelista, químico y escenógrafo, logró plasmar con una fidelidad milimétrica 72 edificios, monumentos, elementos móviles y accidentes geográficos de nuestra Andalucía, así como un importante conjunto de bonsáis de especias autóctonas de nuestra comunidad.
Imaginen la tristeza que supone el saber que ese precioso conjunto de miniaturas se encuentra en un lamentable estado de abandono. Un buen número de maquetas, que en su día fueron realizadas en plástico estable para combatir su exposición al aire libre, no ha logrado enfrentarse al vandalismo por la falta de vigilancia del recinto. Las fotografías aparecidas en los medios de comunicación así lo atestiguan. El propio Rodríguez Almodóvar, en su día director del Pabellón de Andalucía, ha expresado su tristeza en estas páginas de Viva Sevilla y me consta que ha alertado más de una vez del deterioro que estaba sufriendo.
A no ser que se remedie, ya no podremos presumir de tener un parque de miniaturas de Andalucía al visitar otros repartidos por Europa. Recordé a Andalucía de los Niños al visitar Madurodam en Scheveningen, La Haya, incomparable en tamaño pero nada envidiable en cuanto a calidad de las maquetas; o la Mini-Europa ubicada junto al Atomium en Bruselas, parque en el cual España está representada entre otras piezas, por la Maestranza de Sevilla.
Me pregunto qué hacer y todo lo que tengo en mi mano, en este momento y por la vía rápida, es denunciar esta situación a través de esta columna. Antes de que sea más tarde, que se ponga freno a esta sinrazón. Que Andalucía de los Niños pueda volver a ser lo que fue, un espacio donde los más pequeños puedan descubrir de cerca lo mejor de su tierra y los mayores disfrutemos como si fuéramos niños. Quizás sea hora en que los franceses de Looping Group hicieran un esfuerzo y doten a Isla Mágica de un contenido más, que abra la puerta a todos los visitantes del parque al conocimiento de una Andalucía completa.
Seguro que la ciudad les miraría con mejores ojos. Con ojos de niño.
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