Horizonte cercano

Nuestra sociedad es cada vez más gregaria. Actuamos y somos a toque de consignas sibilinamente estudiadas con técnicas de marketing

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¡Brindemos, Lucio! ¡Sí, brindemos Juan! ¡Por Juvenal! Por ese XXIII Premio Andalucía de la Crítica en poesía que la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios ha concedido a nuestro querido y admirado poeta por su obra “Horizonte interior”. No cabe la menor duda de que escritores y críticos han sabido reconocer que su “Horizonte interior” va mucho más allá de ser un libro de poemas. Juvenal se vale de la poesía y de la prosa como un todo para traspasar la frontera de la mera belleza literaria y sumergirse, y hacer que el lector se sumerja, en el interior de sí mismo. El poeta utiliza la inmortal composición renacentista, que domina como el mismísimo Petrarca, junto a la prosa con aromas baudelerianas de “El Spleen de París”, como ha señalado el propio jurado del premio, con un “virtuosismo poco habitual en la literatura contemporánea”, para analizar introspectivamente sus propias vivencias. Vivencias elevadas, en sus letras, al metafísico grado.

Sabes Lucio, leyendo “Horizonte interior” recordaba las palabras de Khalil Gibran, en “El jardín del profeta”: “La gota de rocío refleja la luz porque es una con la luz, y ustedes reflejan la vida porque ustedes y la vida son una misma cosa”. No solo somos uno con nosotros mismos -dijo Lucio-, sino que somos personas en cuanto que tenemos un horizonte interior. La obra de Juvenal nos ayuda a descubrirlo, lo que la hace ir mucho más allá de un libro de poemas, además de ensayar con un nuevo género literario con la hibridación entre prosa y poesía. De ahí su enorme importancia.

Creo que, después de volver a leer a Juvenal, mi horizonte interior comienza a ser mucho más interesante. Me miro al espejo y analizo la vida del individuo que tengo enfrente y, a veces, creo ser yo mismo. Sin embargo cuando juego a mirarme en el espejo poniendo otro espejo enfrentado, me reflejo en un grupo infinito de yos impersonales. Me disuelvo en la masa. Pero -pienso- ¿es posible inhibirse de la masa y mantener la individualidad? Nuestra sociedad es cada vez más gregaria. Actuamos y somos a toque de consignas sibilinamente estudiadas con técnicas de marketing. Fíjate, en el PSOE, una gran parte de los militantes no analizaron los malos resultados de Sánchez, se movieron solamente por el “no es no”. Ahora vuelve a movilizar a los mismos con un “si es si”, da igual. En EE.UU. la mitad de la gente ha sido motivada al voto por un simple “America first”. Y así en todo el mundo. Comienzo a considerar que lo más importante para mi es permanecer en el interior del más cercano de mis horizontes y hasta sólo twitearme con el de mi espejo.

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