Leer

Si, como decía Marañón, las guerras civiles duran cien años, las rebeliones permanecen durante siglos

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai

Nada hay más importante en el mundo que la lectura y el conocimiento, especialmente el de la Historia. Si ricos y poderosos leyesen comprensivamente se percatarían de que no siempre la cuerda se rompe por la parte más débil. Si, como decía Marañón, las guerras civiles duran cien años, las rebeliones permanecen durante siglos, y las revoluciones las hacen siempre los, supuestamente, más débiles.

Estas reflexiones hacía Lucio. Los patricios de la República Romana no se percataron, allá por el año 494 a.C. (en el que aún no tenían nada para leer), de que si las tierras conquistadas se las quedaban sólo ellos, cuándo era la plebe la que suministraba soldados al ejército, los plebeyos tomarían conciencia de clase (estafada) y se rebelarían. Y así sucedió, y de aquella revolución, la secesión plebeya, nacieron los tribunos de la plebe y dos siglos después la lex Hortensia equiparó en poderes a plebeyos y patricios. Ahora, que parece mejorar nuestra economía tras la crisis, los empresarios se empeñan en no redistribuir las ganancias, negándose a que los incrementos salariales se equiparen a la inflación prevista del 3%. Se equivocan, como se equivocaron los patricios. Las ganancias, al tiempo, se les volverán rancias. No es la contención de los salarios lo que mejorará sus beneficios, sino el aumento de la facturación junto a la mejora de la productividad, y eso se consigue mucho mejor incrementando la masa salarial y el consumo.

Tampoco se percataron los romanos del siglo V -prosiguió Lucio, entre trago y trago de nuestro tinto favorito- de las consecuencias que tendría la inmigración de aquella gente que ellos llamaban bárbaros. Ya sabes, Juan, que bárbaro significa literalmente “el que dice bar-bar”, estos es, el que no habla latín ni griego. Por ello, esos extranjeros que cruzaban sus fronteras en busca de una mejor vida, eran despreciados y discriminados. Hoy, a los que cruzan nuestras fronteras por el mismo motivo, se les llama refugiados y, al igual que sucedió en el Imperio Romano, en lugar de ser acogidos e integrados, son perseguidos, rechazados y discriminados. La rebelión de los bárbaros acabó con el Imperio. Estemos alerta y aprendamos de la Historia que las rebeliones permanecen aletargadas durante muchos años.

¿Y qué me dices del rearme de Trump? Ha aprobado un descomunal incremento del gasto en Defensa cuando somos los demás los que tenemos que defendernos de él. ¿Qué nivel de lectura tendrá éste mostrenco que resulta ser el más poderoso y peligroso mandatario del mundo? Pero el pueblo lo ha elegido ¿Cuánto y qué habrá leído ese pueblo? Pues lo dicho por Felix de Azúa: “Los analfabetos han tomado el poder”, que los dioses nos amparen.

-Que así sea, querido Lucio.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN