El jardín de Bomarzo

El pecado

Tengo la sensación que la presi anda circulando en torno a su tierno oponente para ver cómo el hinca el diente sin que el ataque ofenda al público presente y es que Moreno debe recordarle al hijo que reconocen casi todas las madres andaluzas

“No hay más que dos clases de hombres: unos, los justos, que se creen pecadores; otros, los pecadores, que se creen justos".
Blaise Pascal, científico, filósofo y escritor francés.

San Telmo, el reto. Por fin este lunes se cruzarán miradas el recién electo líder regional del PP-A, Juan Manuel Moreno, y Susana Díaz, la líder de todo en este PSOE-A. Tengo la sensación de que la presi anda circulando en torno a su tierno oponente para ver cómo el hinca el diente sin que el ataque ofenda al público presente y es que Moreno debe recordarle al hijo que reconocen casi todas las madres andaluzas, tan educadito, tan presentable y peinadito, con aspecto de no haber roto un plato ni dicho una frase más alta que otra, con árbol genealógico de pueblo incluido, con una mujer llamada Manuela, sin rémoras en la mochila salvo ese currículum retocado de tan corto recorrido mediático y, también, pendiente de uno o dos hervores y de una revisión de vestuario que le transporte a un mundo más neutro, menos pijo. A Díaz, estoy seguro, le hubiese gustado otro oponente, uno más masticable para ese orgánico verbo que la trianera maceró en escuelas como la de Guerra, Alfonso, o Caballos, Pepe.
Moreno, además, ha puesto a su lado a Dolores López, Loles para cercanos, alcaldesa de Valverde, y lo ha hecho entre otras razones porque ahí no quería a Carmen Crespo, que ha sido la otra gran candidata al puesto y cuyo hueco en la Delegación del Gobierno lo hubiese ocupado Antonio Sanz, el presidente de Cádiz que muy contento no está con el nombramiento de Elías Bendodo, como portavoz, y de Fernández de Moya, como responsable de economía, tras el pacto que, al parecer, alcanzaron los presidentes provinciales para no participar ellos personalmente. A Sanz no le ha gustado que se lo salten, el pacto y a él, y eso a pesar de haber colocado ahí y al frente de política municipal a Ana Mestre, muy suya y candidata además a la alcaldía de Sanlúcar. El presidente del PP de Cádiz está pendiente de próximos movimientos en Madrid, como tantos otros, pero no pierde de vista esta Andalucía donde su partido parece haber taponado la sangría de votos, ante lo cual estoy cada día más convencido de lo que otras veces he apuntado y es el adelanto electoral que en el entrecejo tiene la presidenta de la Junta para finales de este año y haciéndolas, apunto fino, coincidir con las catalanas anunciadas por Artur Mas para esa fecha si no le permiten, como parece, celebrar el referéndum independentista, aprovechando además haberse posicionado en este debate tal y como ha hecho con el propio Mas y con el Rey para así hablar mucho sobre eso en campaña y menos sobre otras cosas y, además, justificándolas en los presupuestos que IU ya sabe no le aprobará y todo midiéndolo con la victoria que en principio el PSOE puede lograr en Andalucía en las próximas europeas. Todo ello a pesar de que las encuestas, en porcentaje de votos, no le son tan favorables como algunos medios quieren hacer ver en esa ardua tarea, lo que hay que ver, por hacer méritos.
Un apunte: En política los equilibrios son siempre importantes, pero mucho más en partidos como un PSOE-A en cuya balanza hoy pesa como acero su liderazgo, en un lado, pero no queda casi nada en el otro. Estos equilibrios se escenificaban en congresos donde tras largas madrugás se medía el latido democrático y peleón de la militancia allí representada mediante la negociación de ejecutivas y cuotas. Ahora no pasa. Pero qué bonito era. Ahora el PSOE en esto recuerda mucho al PP: el plato viene precocinado de fábrica, solo hay que calentarlo en el microondas y, zas, listo para comer, y no es que esté feo de sabor pero para nada es comparable con ese puntito que le daba el hervor de la olla -¿eh?-. Antes todo salía tras horas de conspiraciones entre pasillos, cuartos cerrados y entre todos agotando el cristal del bar con hielo para, al final, emocionados, cantar La Internacional puño en alto. Ahora se lo saltan todo y van directos al cante. Un PSOE-A sin equilibrios igual termina siendo mejor, que tal vez, pero nunca el mismo.

Me encanta Jerez. Qué tendrá esta democracia que crea líderes apoyados por los ciudadanos, con fe ciega en su capacidad de salvar a la patria y, al cabo del tiempo, se convierten en objeto de rechazo para los mismos que los idolatraron. Pedro Pacheco fue apoyado durante años por una mayoría aplastante que encontraban en él la imagen que les hacía sentir orgullosos de ser jerezanos, porque Jerez tenía que parecerse a París o, mínimo, a Barcelona, y el ayuntamiento era la locomotora de la ciudad que solucionaba todos los problemas: oficina de empleo, supuesta construcción de casa en el Rocío para los hermanos jerezanos, supuesta venta de los terrenos de los huertos de ocio o la supuesta transmisión de la estación de autobuses a precio de ganga. Todo ello, en su día, con aplauso y agradecimientos incluidos y ahora pendiente de que la justicia, por ello, le mande o no hacia la soledad de una celda. Entre tanto, embargo de todos sus bienes e ingresos y las manos de los que aplaudían se tornan en dedos acusatorios. Pilar Sánchez rebosó las urnas, aclamada por el mismo Jerez que convirtió el amor en odio a Pacheco, no fue tan generosa con todos y el fervor le duró poco, los primeros en odiarle fueron sus propios compañeros y ya se sabe que el peor enemigo es el que anda por casa. Cuatro años de mayoría absoluta y Jerez le volvió la espalda, con debacle electoral, final de su fulgurante carrera política e imagino que ahora con el sueño perdido pendiente de que los jueces decidan sobre las supuestas subvenciones generosas a algún empresario que iba a instalarse en el PTA y sobre su también generosidad con la plantilla, a la que pagó las últimas nóminas de su mandato con dinero de subvenciones cuyo destino eran obras; asuntos que de entrada la ha convertido en acusada por la fiscalía con el amenazante mismo destino que Pacheco y, entre tanto, también, con sus bienes e ingresos embargados.
Supongo, añado, que Pelayo y Bernardo Villar andan estos días preocupados, sin dejar de pensar en la situación actual y el incierto futuro de sus predecesores al salir a la luz el informe de la UDEF (Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal) firmado el pasado día 28, con 54 páginas más 122 de pruebas documentales, que en su punto 6 detalla el listado de intervinientes, concluyendo en las páginas 52 a 54 que las contrataciones hechas por el Instituto de Promoción de la Ciudad para Fitur de 2004 fueron irregulares y ello basado en diversos correos electrónicos -punto 3.3 págs. 21 a 36- que dicen que supuestamente antes de la contratación ya el Grupo Correa se puso a preparar los trabajos y que los pliegos y las ofertas fueron supuestamente elaboradas con posterioridad al contrato. También la Intervención General del Estado -punto 4, pág. 40 a 43-  en informe solicitado por la UDEF concluye que “se han vulnerado los principios de contratación pública, en concreto los de publicidad, objetividad y transparencia”. Será la Audiencia Nacional quien decidirá si estamos ante un nuevo supuesto caso de generosidad con dinero público inmerso en la trama Gürtel o no. Merece una reflexión para los gobernantes y sobre todo para los ciudadanos ante las sucesivas campañas electorales que se avecinan: hay que prestar atención porque tocan tiempos para gestores que dicen lo que no resulta agradable de escuchar, lo que viene a ser lo contrario a lo habitual.

Pecados. Habitan en la condición humana y solo en este espacio mío he relatado unos cientos directos y, tal vez, miles indirectos. Pero perplejo me ha dejado el confesado por el Papa Francisco que, en un arranque de sinceridad, ha desvelado haberse dejado llevar por ese ladrón que, dijo, todos llevamos dentro arrebatándole nada menos que un crucifico, igual de madera y todo, a un anciano sacerdote al que amortajaba. ¿Cómo pudiste, Paco? ¿Tú también? El último ser vivo limpio de toda culpa que sobre la tierra caminaba. Pierdo la fe. Cogeré en consecuencia y de la mano, triste y en la idea de animarme, a ese ladrón que en nuestra piel habita -el mío además me honra- y me lo llevaré de copas con denominación de origen por mi pueblo adoptivo para brindar por este sol primaveral y por todos aquellos que hoy han tenido la paciencia de acompañarme hasta justamente esta última palabra. Salud.

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