Tras varias semanas escribiendo sobre el problema del pretendido independentismo de Cataluña por parte de una serie de energúmenos que, todavía no se han enterado que esa región de España ha estado ocupando un lugar privilegiado en todo el contexto europeo gracias al esfuerzo, no sólo de nativos sino también del resto de españoles, sobre todo los andaluces y extremeños que trabajaron duramente y formaron grandes familias -por cierto, muchas de ellas con doble origen regional- deben saber que ha provocado una fractura social que ha llevado a duros enfrentamientos de padres e hijos hermanos y vecinos.
Cataluña ha sido la niña mimada de todos los gobiernos españoles desde la época de la dictadura hasta nuestros días. Quizá sea conveniente recordarles a todos esos disidentes que llaman fascistas a los que no piensan como ellos, que fue Franco el que ubicó muchas industrias en el país catalán, como por ejemplo la Seat y bien que lo aplaudían.
Probablemente tendré que seguir escribiendo de Cataluña hasta que se celebren las elecciones autonómicas, aunque no pienso dejar al margen los problemas que atañen a nuestra ciudad.
Tenemos que hacer un análisis profundo sobre lo que está pasando en nuestro querido Puerto y hacerle ver a nuestra autoridad que una imagen vale más que mil palabras y que, por mucho que se trate de ensalzar las maravillas del mismo, choca con el deterioro que presentan sus calles, aceras y plazas; la suciedad de las mismas, el estado ruinoso de fachadas, el abandono de fincas y el gran número de solares hacen que toda esta palabrería resulte una fórmula de consuelo para engañarnos a nosotros mismos.
Lamento profundamente quejarme y siento un gran dolor al tener que culpar al gobierno y también a la oposición. Trabajen unidos, repártanse las cargas, hagan un examen de conciencia y salgan de la apatía que a algunos les invade. Trabajar, trabajar y trabajar por y para El Puerto.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
