El Dedo

De rositas, nada

Siempre se ha dicho que no hay más ciego que el que no quiere ver, y aquí tenemos un ejemplo palpable de ello

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Toda España pendiente de la comparecencia en los medios públicos del President de la Generalitat, Carles Puigdemont, para saber de una vez por todas si declara la independencia de Cataluña o convoca elecciones autonómicas.

Hemos de saber que, sea cual sea la decisión que tome, el artículo 155 de la Constitución, de ser aplicado con todas sus consecuencias, él y a los demás miembros del Govern incluidos sus asesores -como consejeros del personaje- son responsables igualmente.

Sería una broma de mal gusto y además una injusticia que se marchará de rositas después del daño causado a todos los catalanes y al resto de españoles.

En artículos anteriores le dedique unos calificativos más que merecidos, aunque en realidad el que más justicia le hace es el de llamarle ‘insensato’ por su necedad, por su falta de sentido y de razón y, en resumen, un tonto de capirote de incapacidad deslumbrante.

Siempre se ha dicho que no hay más ciego que el que no quiere ver, y aquí tenemos un ejemplo palpable de ello.

El cinismo con que actúan al llenárseles la boca hablando del referéndum del pasado día 1, no tiene parangón en toda la historia democrática desde la antigua Grecia.

El Tribunal Constitucional lo declaró ilegal y, por tanto, carece de validez aunque, según el Gobern, dicho tribunal no tiene competencias en Cataluña pero, sin embargo, presenta un escrito ante el mismo para que sea retirada la aplicación del 155. ¡Qué gran contradicción!

Pudiera ocurrir que Carles Puigdemont declarara la independencia de Cataluña y que, a continuación, saliera de España pidiendo asilo político en algún otro país, dejando colgados y en la cárcel a sus compañeros de aventuras.

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