Desde hace algunos meses se viene hablando de las pensiones, de la hucha, de la edad de jubilación y del peligro que corren los jubilados dentro de 20 años. Ciertamente, las pensiones han aumentado un 0,25% respecto al año anterior, pero también es cierto que ha subido la retención del IRPF, con lo cual el aumento de la pensión ya no es el anunciado por el Gobierno; vamos, que te suben la camiseta y te bajan los calzoncillos.
El gobierno, todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento, los empresarios y los sindicatos tienen que volver a reeditar el Pacto de Toledo, dando estabilidad al sistema de pensiones, no sea que los trabajadores que ahora están entre los 40 y 50 años no puedan disfrutarla. Es muy posible que próximamente la edad de jubilación se alargue hasta los 70 años, como ya ha dicho el gobernador del Banco de España y, aunque no es asunto de su competencia, advierte del riesgo que se corre a quedarse con déficit.
Así pues, debemos deducir que va a ser necesario ahorrar para complementar la pensión, pero surge la gran duda y es que cómo van a ahorrar los actuales asalariados con una prestación tan baja que no le llega a cubrir los gastos del mes.
Se ha insistido en los planes de pensiones que ofrecen los bancos pero, por el comportamiento que hemos visto con las preferentes o las cláusulas suelo, parece que no son muy de fiar. Por lo tanto, me voy a permitir la licencia de dar un consejo a todos aquellos que se encuentran trabajando con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años: hagan el esfuerzo de guardar todo lo que puedan cada mes en una cartilla de ahorros y no escuchen los cantos de sirena que sin duda les ofrecerá la banca.
Ahora, si puedes, ponlo en práctica quitándote algún que otro capricho. Ya sabes aquello de que “más hace el que quiere que el que puede”.
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