El lenguaje

La peor innovación moderna ha sido la velocidad y es mejor hacerse a ella en lo posible que lamentarse

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A veces lo sabes, pero no en profundidad, y un golpe interior te lo revela con luz meridiana; me refiero ahora a la obra del lenguaje en el logro personal y en la trama social.  Algo así, que suele coincidir con un punto de madurez que nos estremece: es entonces cuando vivimos trasfondos y secretos interiores que nos maravillan. Pero además el lenguaje gestiona, ata, y estimula las relaciones comunitarias y embarca al grupo hacia lo insospechado. Son tesoros los lazos que se atreven y el fruto producido, la evolución que promete y las obras que se ofrecen en realidad gestada y conseguida: el dominio del lenguaje desarrolla la persona, estimula el grupo y alcanza cotas no sospechadas de relación humana. Si ahora seleccionas con cuidado la gente que ha de trabarse en tu compañía, está todo en su punto.


Dichoso el hombre que encuentra en sazón la disposición de comunicar y la gestiona en su nobleza; ha comenzado un camino de estímulo que acaba en humanismo transcendente. Es importante partir para un viaje con gente competente y el de vivir es el viaje sobre todos, el que más importa. Cuida bien en cada día con quién inicias tu jornada y por la noche analiza muy despacio con quién has andado para no engañarte; todo lo demás es lo de menos, no importa sino lo que da calidad al vivaqueo. Triste la soledad y más si es último tramo vacío de recuerdos; a tal punto que el desarrollo del lenguaje, modo natural de abrirse a la inteligencia creada, es decisivo y casi insustituible. Con una generación de maestros tocados de gracia en los recursos, bastaría para mover este mundo perezoso y al tiempo dotarlo de esperanza.  Así de fácil es su consecuencia y así de fácil la pérdida, que con una simple decisión se alcanza; estamos en una época de privilegio, nunca un joven ha descartado tanto con tan poco. Lujo de prepotentes. Son leyes de la evolución que se corresponden, pero sin compromiso de justas.


Mi paisano Agustín el salesiano, que se apartó de lo infantil y acabó en una parroquia africana rebosante de madres cargadas de hijos, que duermen en los bancos una liturgia descarnada. La noche se prolonga en estos sitios y Agustín saldrá a recibirnos algún día en un relente cargado de esperanza. Aprendemos la paz a través de la guerra muchas veces y entonces el lenguaje toma dimensiones inesperadas y plenas; es lo que decimos sufrimiento, que fija los ojos en una quietud de mirada distante. Así vi al salesiano hace unos veranos reponiendo salud sin acomodo; no se hacía a lo que se había dejado y la holganza le podía. El lenguaje entonces se hace pleno y la expresión rezuma en los labios bien cerrados. Este mundo ni es bueno ni malo; es todo y al mismo tiempo, lo que nos hace no digerirlo en simultáneo. Cabe todo, pero con entrada de cuello estrecho que lo acompasa. Demos tiempo y paciencia en la espera. 


El hombre necesita acomodo; si nos precipitamos, lo perdemos. La peor innovación moderna ha sido la velocidad y es mejor hacerse a ella en lo posible que lamentarse. Traen cuenta los cabezotas que no alteran su ritmo y, aparentemente indómitos, surcan el tráfico devolviendo al ritmo natural. Por lo demás el modernismo es un desacomodo natural de tendencias y aspectos, que se salen y revuelven no poco con lo estable natural; que se necesitan para el contraste, pero sobran para el equilibrio final. El hombre en medio de este revuelto gana su fama de impulsivo, que marcha a la aventura sin coordinar demasías, y mal extremado, sin coherencias; pero cabe afirmar que este hombre en apariencia corto no conoce limitación cuando se ve encauzado y ennoblecido por el ideal. Hay que encontrar este filón en cada semejante y con esto está todo: no cabe más sencillo y de ahí nuestra obligación en intentarlo. Si alguien nos espera, sin duda nos pedirá cuentas de la administración de este mundo que es del hombre. 


¿Veis ahora que mi compromiso con el lenguaje es un compromiso con el hombre? ¿Veis que en la escuela está la clave, que si alguien la desvirtúa o la divide atenta contra la humanidad, que es el peor delito? La escuela, si es auténtica, continúa a la madre en el desarrollo integral, pero algunos la degradan a un desarrollo laboral de baja estofa: si no trabajas no comes La escuela requiere ser más noble porque el hombre lo es y la necesita. Y si sólo aspiramos a comer,
otra cosa sería lo apropiado? El lenguaje y la dignidad se hacen juntos en la madre y se continúan en la escuela; el que interrumpa esta evolución comete un grave delito de lesa humanidad que no es digno de perdón. El hombre es el propio enemigo del hombre, se ha dicho, y se impone una campaña, cruenta si es necesario, que reordene estos valores y los saque a la luz con todos los honores. Es urgente porque el hombre está cayendo en aspiraciones que no pueden sustituir a las transcendentes. Los deportes de masas están advirtiendo de que no pueden llenar otras aspiraciones superiores que se manifiestan como inalcanzables. Todo se ha quedado corto y no es de soñador afirmarlo; si no buscamos alicientes elevados, seguiremos enganchados en las drogas y otras invenciones. Sólo se trata de hallar salidas racionales. Y nobles.

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