Te lo advertí

Queda muy cerca de lo que se llama reproche, más que de lo que sería remedio

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El hombre avezado guarda respeto a este comentario; más, si proviene de una mente clara y de conciencia recta. Se dice in extremis, a hechos consumados y consecuencias sin remedio: Te lo advertí. Queda muy cerca de lo que se llama reproche, más que de lo que sería remedio. No le deseo a nadie pasar por sufrir esta coletilla extrema, si es con cierta desesperación. Te lo advertí, no me lo tuviste en cuenta y ahora sufres consecuencias, así podría desdoblarse. Yo quiero hoy desde mi humildad pararme con cara seria y dejar advertido desde aquí contra la peor plaga que puede sobrevenir a una civilización: la de corruptos.

Si analizas atento y con minucia la convivencia, notarás que todo está manchado por esta mala sustancia que se introduce hasta los rincones y lo desbarata todo. Sí, como piojos en las costuras, que no viajan solos, sino que, como ellos, portan infinidad de derivados contra la salud del cuerpo. Todos son inconvenientes para el grupo social invadido de los viles corruptos. Y difíciles de extirpar, como sucedió ya con las chinches antes del uso de la química. En la bella España ya es un hábito vulgar coger lo que está a mano y apropiarse con desparpajo de lo que es ajeno. Cambiar apariencias, promover nepotismo. Disimular. La autoestima es una buena prevención con su miedo al ridículo, así como la delicada conciencia de respeto a los bienes del común. La corrupción se da en un ambiente bajo, del que no tiene nada que perder: cae el individuo primero en un estado de baja estima y de ignorancia de los que no sabe salir, necesita ayuda con urgencia.

Puede dase en la simple extracción de la minucia del monedero o del sobrante de calderilla de la bandeja, hasta la operación de envergadura de cambiar leyes por otras amañadas que en su seno acojan malos usos de políticos cesantes a costa de los pobres que son más numerosos. Muchos han aprendido que un recorte de menesteroso, agregado a otros muchos recortados, compone un soporte bien acondicionado para el villano trotamundos que ha cesado en cargos y dedica su tiempo a los negocios. ¿Para qué voy a dar más ejemplos si estamos al cabo de la calle todos y doctores en experiencias de Monipodio? Se destierra muy mal esta invasión tal que la avispa china o el cangrejo de los ríos, tan agresivos y malévolos, que intentan acabar con los autóctonos en avance pernicioso. Acabar con los miramientos.

Y surge la gran pregunta ante esta situación: ¿en este país que combate a los cangrejos rojos, dejamos en paz a los corruptos? Aquéllos eliminan a los semejantes en competencia, éstos lo mismo en el orden de los humanos. Hemos llegado a tal extremo, que vemos con naturalidad a un padre dando mal ejemplo a los hijos, vaya país que nos han legado. La honestidad, señores ricos, está por encima de todo y no hay dignidad sin ella, y si te la saltas, quedan manchados tus blasones. España, tierra de paso, se ha prestado a que quede todo acumulado para que los tontos piensen que todo vale, cuando al tiempo el sol todo lo busca con brillo auténtico. Y así, debemos hostigar al corrupto proclamando que lo primero es lo que importa, la vergüenza. Se oyó siempre que el indigente era el hermano y es doctrina sobre toda otra que nos adelanta el Cielo. ¿Qué has acertado hoy? Es la conciencia, que nos pregunta.

De estos aciertos dependerá la cuenta que se nos siga en el día aciago y de nada más. Es así de sencillo, todo relacionado con el prójimo. Y el que haya mentido, disimulado, fijo en la sombra, perdido en la algazara del vivir se encontrará con… pon lo que quieras y engáñate tú por el mal ojo.  Si te fijas, algazara es jaleo de alegría y ruido de carga que asusta al enemigo, ¿lo ves? Así las palabras y así la vida. Está todo muy cerca: el negro del blanco, la luz de la noche, la maldad y el bien. Para que nos fijemos más despacio. Yo te lo advertí, pero no te lo digo con malicia sino con humanismo; es fácil creer que esto dura más de lo que dura. El que no hace el bien al menos peca de atolondrado y pierde con esto ante el Justo, que ya es mucho. Quizás la más segura sea la verdad de que la vida es breve, muy de la Edad Media, como decía el cantar de verbena. A todo este lío le hemos llamado barroco y suele impresionar, porque porta dentro el retrato de cada cual; cualquiera puede caer en la corrupción, nadie se libra. Por esto pidamos mano dura a los jueces e instalemos a Catón en la escuela como garantía de moralidad. Si no atendemos a las buenas costumbres, habrá un retorno a la barbarie y con facilidad el avance técnico traerá consigo mayor destrucción en los enfrentamientos, como ya se ha visto. Jano era dios romano que dio lugar a ‘januarius’ y enero, primer mes.  Con dos caras para ver al tiempo fundidos pasado y futuro:  inteligente esta visión, propia de un dios.

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