De hierro

No tenemos futuro, la discusión no nos dejará, y no somos capaces de ponernos de acuerdo para ningún proyecto común

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Es verdad que en las llanuras de mi tierra todavía quedan impresionantes algunas encinas que siguen rodeadas de surcos y arañando los vientos. Alcanzan altura y sus copas atraen, si nos pasamos a su cobijo, como el misterio de la bóveda gótica. Lo recuerdo de mi infancia y su nombre de carrasca, símbolo de fortaleza y armazón protector.  A fray Luis le chocaron verdes de vida los brotes del hacha tras la poda y, emulando a Horacio, imitó la oda y la imagen con su ab ipso ferro. Este sintagma prepositivo quedó adoptado como emblema del agustino y fue un feliz acierto con los sucesos que se siguieron. Un hacha permanecía apoyada en el tronco y los   brotes verdes saliendo del muñón; este resurgir se debe al mismo hierro, según mi paisano, que se lo aplica a su carácter indomable.

Fray Luis de León fue el hombre con sueños de libertad del Renacimiento español que chocó con el inmovilismo de un sistema cerrado ante los devaneos protestantes. España se encerró en sí misma, seguramente como nunca en la historia, y alentada por poderes externos que encontraron un ejemplar mártir en el catedrático salmanticense que sirviera de escarmiento en su cabeza venerable. No está ben estudiado, y menos cantado, este noble pionero de la que repetiría su proceder andando el tiempo. Como ha dicho el Papa, siempre hay una minoría que medio en exaltación de lo autóctono o medio, teniendo en cuenta intereses concretos, tratan de mezclar y confundir retorciendo al pueblo. Mi paisano es el protomártir del modernismo, el lanzado que se encontró metido en un buen lío del que salió malparado. Impresiona mucho contemplarlo desde esta distancia en que se aprecian las futilidades que se ponían en juego en la discusión, como barreras contra el crecimiento del hombre libre, al que tiende el estado natural llamado desarrollo.

No, no está cerrada definitivamente esta tendencia que ha seguido nuestra historia de clara persecución al hombre racional por los que sólo llegan a atrevidos con poder y sin escrúpulos, mientras aquél camina en solitario. Se necesita un movimiento de equidad y sin resabios, bien preparado en resistencia, sin venganzas, pero con valentía señalada que ponga en su sitio las fosas que vamos acumulando, de cadáveres y odios, que nos acabarán asfixiando. No tenemos futuro, la discusión no nos dejará, y no somos capaces de ponernos de acuerdo para ningún proyecto común. No os presentéis a elecciones con el corazón cargado de egoísmo o de resentimiento. La política es una misión noble y muchos la estáis maleando porque vais a ella con lanza y adarga como siempre se ha ido contra el moro. No vamos buscando batalla sino a una España ordenada y llena de luz en que quepamos todos porque todos juguemos limpio y no esperemos más de nuestros merecimientos.     

El arte está en votar y en esto debemos pararnos con la reflexión.  Economía de todos y no para unos cuantos. Educación para todos con una escuela única bien amparada por las instituciones y no poner ya el pobres y ricos en la obligatoria. Y sobre todo distinguir lo que es educar y la fe de la familia, que eso es aparte y respetable.  Recordad al Papa, que acaba de decirlo. Algunos dicen España es nuestra y ponen la semilla de la escuela y hacen dos, la tuya y la mía, y ya la han dividido, lo saben bien. Escuelas concertadas. ¿Escuelas privadas? ¿Escuelas obligatorias privadas? ¿Me tomas por tonto? Hay muchos listorros que han vivido del cuento engañando al pueblo y sobornando la política. Únicamente se arregla votando con inteligencia y esto es cultura. Muchas veces os llevan al huerto los derechones y otras los izquierdosos; en la enseñanza, ni unos ni otros, solamente el bien común, España. ¡Qué sencillo y a veces qué aberraciones! Sólo nos hace falta calma y ser avispados. Hay un tanto por ciento alto de votos sin criterio, hacen falta rodearlos de información. Eso es cultura.

El rico es necesario y, bien administrada, su creatividad favorece al país. El pobre necesita ayuda, no regalos ni repartos. Trabajo y no dispendio. Todo es un equilibrio y cada cual contribuye con sus posibles. El trabajo se carga de dignidad humana.  Los corruptos abundan y hay que saber separar a los buenos gobernantes. Esto no es fácil a veces, que se camuflan y revuelven con lo malo que llevamos dentro; no es fácil pero sí emocionante tener a España en nuestras manos. Y, queramos o no, de nosotros depende todo pues somos su futuro y nadie debe amilanarse. En blanco antes que a corruptos; sin discutir, pero firmes. Con la confianza puesta en el genio hispano que siempre salió adelante. Nuestra historia tiene altibajos siempre debidos a los más fundamentalistas. Todas las religiones los tienen, lo dice el Papa.

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