Al día

La vida es vida, y no tiene más brillo, y vivirla es simplemente eso, sentirse vivo y contento de sentirlo

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Al corriente viene a significar lo mismo: que se echan las cuentas a su tiempo. Llevar al día las cosas es señal de seriedad, de cumplir con los demás y con su conciencia. Hubo un tiempo en que, al menos en el lenguaje, se tenía en cuenta todo esto para retratar a las personas y poder afirmar de ellas que son de ley. Ajustar cuentas a tiempo, dar a cada cual lo suyo, llevar dentro una preocupación de rectitud moral, de poner en el fiel cada balanza, fue una constante en el comportamiento de una mayoría. Hoy, según se dice, ha desaparecido ese miedo de quedar mal ante los demás y ese afán de buena reputación que era el galardón de toda buena familia. Romonete, hijo, que no tengan que decir de nosotros, decía Gabriel Miró en su cuento. ¿Esa familia de verdad puede afirmarse que ha desaparecido?

Yo diría que no, aunque parezca temeraria la afirmación. A nivel de familia hablamos. Toda la casa tiene la beatitud y calma de un trigal en flor, bajo el sol; así la describía este mismo autor y pienso que en nada tiene que arrugarse ésta de aquella familia cantada y exaltada por los clásicos de nuestra literatura. Seguimos creyendo en ella, y siento contradecir a los lacrimosos de la moral que pecan de precipitados. Es siempre discutible si hemos progresado o no respecto de la anterior época porque no es muy fiable nuestra apreciación. Pero es serio lo que pensemos al respecto, que influirá en nuestro vivir; de aquí se sigue lo interesante de pensamientos positivos que influenciarán en el ánimo y son capaces de cambiar una vida. La clínica de los sicólogos está llena de técnicas bien interesantes para poner a nuestra libre disposición un futuro que atraiga.

Debemos marcarnos un horizonte noble y digno que en el aspecto práctico nos ofrezca una garantía de bien vivir. No me gusta ni el siempre apercibido que degenere en aburrimiento a seguido ni el célebre cantamañanas que siempre ande de chirigotas. Vida seria, un sí es no es fiscalizador y otro ‘sí es’ acordado con el ‘no es’ en fiel balanza. La vida es vida, y no tiene más brillo, y vivirla es simplemente eso, sentirse vivo y contento de sentirlo. No busquéis tres pies al gato, que son cuatro, ni al bípedo tres, que son dos, y cada cual tiene su medida. Es la mejor filosofía el ajustar cuentas cada día abriendo los ojos felices por ver el sol de nuevo y después lo que venga, sin aspiración desmedida ni preocupación exagerada. El otro no ha de ser medida para mi medida ni antojo para mi capricho. ¡Cuánto ganaríamos con esta sencilla independencia y qué placer sentirse único y solo sin más competencia que el lazo fundado del hermano! Queremos decir que vivir sin más y esperar de modo razonable es la mejor medida y Dios nos libre de deseos sin freno y esperas desesperadas que contradicen la vida moderada del clásico de Túsculo. El deseo de vivir casi ha de bastar.

La ambición hizo a la estatua removerse del sitio y acercarse a una mejor contemplación del estanque de aguas claras hasta caer sobre ellas en estrepitoso derrumbe que distrajo la paz y   la bonanza del jardín. El sentido común y las buenas maneras rigen las acciones humanas y así se regulan para establecer la convivencia y es conveniente que conservemos este orden que nos brindará un sitio donde veremos premiadas nuestras obras. Algunos creen que han destruido la tradición con negar la creación; el creacionismo es un recurso pedagógico para dirigirse al pueblo sencillo que no cambia nada, sólo aclara. Podrá retrasarse el hecho creativo hasta la materia prima origen de todo y comenzaría de nuevo la discusión de un Dios creador que enfrenta al materialismo. Torpes.

Pero yo no reflexiono para discutir y doy mi conclusión al que me la pide, pero mansamente como una invención normal en la caja de instrumentos que se me ha dado y la considero prestada y puesta al servicio de quien busca con honradez. Ay, del que encuentra para el ego subido de tono y el mal uso en la relación con los demás, porque con el conocimiento favorece el autobombo, la soberbia y la avaricia. Cuanta más sabiduría más humidad es necesaria, que las verdades son regalos de Dios a los pobres por la vía de los sabios. Se reparte en grupo y con arreglo a capacidades, pero con un único derecho, igual para todos. Pobre del que esconda una verdad al necesitado, se le buscará en el último rincón para afear la conducta y no cejará hasta quedar la justicia brillante y en su sitio. Estamos bajo un doble orden de valores, el de aquí y el otro; si nos subimos al de aquí siendo el otro, erramos en grave, y si al contrario, no compremos con moneda equivocada. A Dios lo que es de Dios, y no nos olvidemos, todo lo del hombre cabe hacerlo de Dios. Empieza por lo racional para elevarte a lo Infinito.  

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