Hemos estado viviendo como al descuido durante años, yo diré que desde la guerra, que es lo que he vivido. Cuanto mayor se hace la distancia, con mejor detalle se contemplan los fallos y se hacen insufribles cuando se superpone el filtro de la democracia que los hace contrastar para vergüenza de muchos. El que ha podido en este país se ha buscado su chollo y se ha ido cargando el privilegio a las espaldas del pobre que no sé cómo ha podido soportar tanta carga. Es verdad que la derecha, que podía haber aprovechado su bonanza para dejar asentado un orden social razonable, ha dejado pasar otra ocasión entretenida en si son galgos o podencos mientras duró el banquete. Venía de atrás, ya se sabe, pero me fijaré desde mi experiencia personal.
No es propio del orden militar restablecer el equilibrio social con niveles medio libres y acercarse a lo justo con lo espontáneo en armonía con una izquierda de lección recién aprendida, pero así sucedió y los extremismos se impusieron con sus consecuencias. Se quedó sin aprender la lección de la contienda. Los recortes de la crisis seguramente son necesarios pero la medida no se puede fijar de forma unilateral y escandalosa. El fallo ha sido de ambas partes y ahí tenemos sus consecuencias: trabajadores y empresas enfrentados con un discurso de políticos especulando con sueño estéril sin aprender como siempre. Se ve cómo desde el primero al último se dio todo el mundo a la buena vida y se les enfrió el plato entre las manos.
Urge reconciliar las dos Españas, que ya se prolonga demasiado, y hacer mayores de edad a los trabajadores y a los amos, que necesitan un margen de confianza. Son profesionales laborales y los políticos sólo son organizadores de la sociedad. Cuando seamos más tranquilos y dejemos que las cosas vuelvan a su ser sin empujarlas, empezará esto a marchar. Pero se hace necesario para eso revisar los intereses de cada clase. Políticos de todos los colores salen recomendados a empresas y centros de poder, así no hay medios. Todo eso se conquistó con favores en su mala gestión; los políticos son necesarios cuando ejerzan en su parcela y no se salgan a donde no les corresponde. Aguas sucias dejan por donde pasan que enturbian el convivir y entorpecen la actividad de los demás. Peste de políticos sabelotodo que todo lo tocan y lo desbaratan. Con ellos están entrando algunos indocumentados hasta el corazón de la administración saltando por encima de los preparados y sensatos. Y si hay una mala gestión, mal irán las cosas, y la gestión será mala si la selección lo es. Descargad a la administración de mediocres y empezará el barco a recobrar su tono.
Necesitamos gente trabajadora, responsable, con espíritu de servicio y afán de limpieza en la conducta. Recelad de los que dicen que no les dará tiempo en la legislatura; el tiempo pudre la intención y desvirtúa el proyecto común que siempre ha de estar por encima. Otro continuará tras los cuatro años y déjate de rollos, que ya nos conocemos. El que se proclama imprescindible es que se ve ineficaz o algo peor que no es confesable. El partido está para que no se pierdan las buenas ideas y al pasar por distintas conductas resulte enriquecido. Ya habéis tenido tiempo para sinceraros y si no lo hacéis, no contéis conmigo. Sabed que la invención de uno es ineficaz y no así si la habéis compartido y su aplicación es fruto del equipo. Esto lo debemos acoger y aplicar nosotros a sabiendas de que nadie nos lo va a dar hecho. Así de simple, todo pasa por potenciar al máximo los partidos y sujetar con ellos a los individuos; la democracia con todas sus virtudes está en el conjunto y nunca su eficacia pasa por la suficiencia de un cantamañanas salvando al mundo. La honradez se forja en el individuo por educación pero la eficacia la trasmite el grupo social, que es fruto de aquéllos. No hacen falta grandes discursos ni es cuestión de palabras florecidas “del rico Pensil” sino del trabajo callado y fecundo de una escuela que una y no divida, que sea igual en la exigencia, que no haga ricos y pobres. Los ricos y pobres honrados nunca se odian, se respetan. Así.
Esta y otras cosas que sabéis han impedido la ilusión común de los españoles, que ven madre y madrastra en la misma realidad. Y os advierto que lleváis las de perder más que los pobres que todo lo han perdido. En vuestra deshonra vendéis una mala España y del mal uso nace la profunda desunión. Si no se pone remedio irá a mucho peor y pronto no tendrá solución como ocurría cuando yo nací. Vosotros que removéis la historia deberíais saberlo. Más miedo no; cambio de conducta, ambiente solidario, trabajo justo y pacífico. Si se quiere a España, no queda sitio para nuestro ombligo. Qué fácil.
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