Pero qué me gusta comer

Qué me gusta comer, creo que no hay que decirlo mucho. Solo hay que conocerme un poco, muy poco y sabrás que la cocina y más todavía, el buen arte del comer, es una de mis grandes pasiones.

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Qué me gusta comer, creo que no hay que decirlo mucho. Solo hay que conocerme un poco, muy poco y sabrás que la cocina y más todavía, el buen arte del comer, es una de mis grandes pasiones. Y te digo más, comer entre amigos, disfrutar de una buena comida con la familia, con los que verdaderamente hacen de mi vida, eso… vida, no hay placer más grande. Y es que el comer entre amigos se convierte en una gozada, con muy poco que hagamos. Mira, te cuento, estás tan tranquilo uno de esos días, en los que por avatares de la situación das de lado al trabajo, o simplemente es que es un festivo de estos donde los colegas, familiares u otros con los que disfrutas de buena compañía pensaron lo mismo, o bien, tuvieron la misma suerte que yo. Desde muy temprano, visitas el templo del de la alimentación, o al menos el edificio este que tenemos casi a mitad de la calle Ganado, y ves esos puestos de pescado, de marisco, de buenas aceitunas y, cómo no, de carne. Amigos y buenos productos, qué alegría. Antes de empezar a elegir, te compras en algunos de estos puestos un cartuchito de chicharrones, lo digo para que la vuelta se haga más amena. Elige tu pescado favorito, ponle unas gambitas y tal vez algunas almejas, todo bien tratado en tu cocina, mientras con un vinito, no de mucho nombre, pero sí con gracia. Cuentas unas historias de los días atrás, o bien unos chistecillos, sobre todo es el maravilloso momento de poner verde a tu jefe. Gambita va, vinito viene, chistecillo que te crió. Y cómo no, paellita para todos, mientras preparaste tu peculiar sangría… ¿Algo más se le puede pedir a la vida? ¿Se puede ser más feliz?

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