Santa Cecilia, la música y las hermandades

En las hermandades y cofradías, la música juega un factor importantísimo en sus cultos internos y en los externos. La música por tanto, constituye un magnífico medio que nos lleva a estar más cerca de Dios.

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  • Campanario del Santo Cristo. -

El sábado 22 de noviembre, la Iglesia Católica celebró el santoral de Santa Cecilia de Roma, patrona de la música, de los poetas y de los ciegos, más atribuido este último patronazgo a Santa Lucía de Siracusa (13 de Diciembre). Y aunque no se sabe con exactitud ni cuando nació ni cuando murió la Santa de Roma. Sí sabemos al menos, que procedía de una familia noble romana. Su conversión al catolicismo le propició que fuera martirizada tal vez alrededor del 22 de noviembre del año 230 de la era cristiana. Y fue canonizada por el Papa Gregorio XIII en 1594. Se cree que su tumba se encuentra en la Vía Apia muy cerca de los sepulcros de los obispos de Roma.

Sin embargo, ambas santas, se veneran tanto en la Iglesia Católica cómo en la Ordodoxa y Luterana. Y sus íconos y atributos se representan por medio de un órgano, un laúd, una rosa y una espada y dos ojos sobre una bandeja en el caso de la de Siracusa. Claros exponentes todos de los signos alusivos a los distintos patronazgos, que las veneradas Vírgenes, Santas y Mártires ciertamente amparan o protegen.

La presencia de Santa Cecilia de Roma en la Iglesia Católica, originó un revulsivo en la música, en los cantos de la época y en las ceremonias religiosas, que más tarde y en su honor aparecieron excelentes renovaciones y partituras de la música sacra a finales del siglo XIX, que fue la mejor de las maneras de contemplar a través del sonido de sus notas la presencia de Dios -Estableciendo con Él- un lenguaje musical, único y exclusivo. Y tal vez por eso, su música alcanzó el alto grado de ser considerada como un arte idílico, genial y maravillosamente universal, que recibió además, el nombre de cecilianismo. Santa Cecilia tocaba el órgano y cantaba (según se dice con los ángeles). Los músicos isleños han celebrado una jornada en su honor del 12 al 19 del actual.

Pilar Márquez, autora del libro: Dios es música (que  aconsejo leer) dice que la música es la belleza y ésta, la sonrisa de Dios entre los hombres. Y el hoy Papa Emérito Benedicto XVI, afirma que el mundo efectivamente es una bella sinfonía, que el hombre muchas veces desafina, aunque  la propia música es capaz de afinar rectificándola. He aquí la cuestión, porque debido a eso. No es menos edificante y cierto, que la música y Dios no se pueden separar.

El célebre compositor Berlioz, también decía que la música es el arte de conmover por la combinación de los sonidos a todos los hombres inteligentes y dotados de una organización especial. La música, te eleva, te transforma, te calma, te transporta, te enternece. La música es la expresión de la historia del alma. ¡Y tiene la gran virtud de llegar a donde no es capaz de llegar la palabra! Y en las hermandades y cofradías, la música juega un factor importantísimo en sus cultos internos y en los externos. La música por tanto, constituye un magnífico medio que nos lleva a estar más cerca de Dios. ¿Quién no se ha sentido transportado hacia Él por el eco profundo de la música sacra, el sonido armonioso de un órgano, los cantos gregorianos encarnados en las voces solemnes de los frailes. O los motetes de las corales y las escolanías acompañadas de orquestas sinfónicas en una ceremonia religiosa?  ¿Y a cuántos cofrades y quizás a los no cofrades también, se les han movido y elevado el espíritu a través de una marcha procesional siguiendo a un Paso a los acordes de la música sincronizados con las trepás y el mimo puesto en los Pasos de los Cristos, de las Vírgenes y de los Misterios. Pero sobre todo, en los de Palios por la forma de llevarlos los cargadores de la Isla? Y como decía Martín en su pregón: ¡Qué bonito es un Paso de Palio! ¡¡Y qué bonito es un Paso de Palio, Señores!! Y si además, le añadimos el amor manifiesto y la música que tanto lo idealiza como lo envuelve, habremos contemplado el sagrado camino que nos parece llegar hasta el cielo. ¡Toca capataz, al Cielo con Ella! Porque no olvidemos queridos cofrades, que Dios, además de amor es música ¡Pero música celestial!

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