Editorial Sevilla

El rol del delegado

El delegado de Movilidad, Cabrera, siempre trata de tapar a los taxistas y se olvida de que su función esencial consiste en defender a los sevillanos

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Movilidad divulgó el balance de sus inspecciones a los transportes de personas, según el cual la Policía denunció a 386 taxis y a 245 vehículos de transporte concertado (VTC). Hubo, pues, 141 taxistas denunciados más que con ductores de VTC, pero  el delegado Cabrera  trató de teledirigir los titulares de la prensa  destacando sólo la elevada proporción entre las denuncias a VTC y sus escasas licencias (pese a ello les dedica el 56% de las inspecciones policiales) y  afirmando que “el incumplimiento de la normativa por parte de los VTC perjudica al conjunto del sector del taxi”. ¿Y no lo perjudica el incumplimiento de los 386 taxistas?

Cabrera, al que se le nota demasiado, hizo todo lo posible por desviar la atención hacia los VTC y significativamente se olvidó de los taxistas. Ahora se ha pillado a dos taxistas con un sofisticado sistema de manipulación de taxímetros y Cabrera se ha apresurado a decir que no se trata de un fraude masivo y que se presupone la profesionalidad de la inmensa mayoría de los taxistas. El delegado, en vez de, como le pide Facua, retirar de inmediato la licencia a los infractores y ordenar una inspección de toda la flota se erige siempre en defensor del colectivo. Cabrera ni tiene que presuponer a favor ni en contra, sino actuar contra los abusos y en su prevención, y enterarse de una vez de que su rol no es defender a los taxistas (es su supervisor), sino a los sevillanos.

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