Espadas ha anunciado un ambicioso plan para poner en el mercado, ya sea de nueva construcción o por captación de vacías en manos de la banca y/o de propietarios privados, al menos mil viviendas de alquiler en los próximos años y en paralelo a la elaboración del Plan Municipal de la Vivienda, que llevará más tiempo.
El, por llamarlo así, programa habitacional de urgencia del alcalde requiere de una inversión de 100 millones de euros, de los que 65 millones provendrían de créditos bancarios. Como una cosa es gasto y otra muy diferente inversión que sirva para reactivar nuestra economía, crear empleo, satisfacer una evidente necesidad vital y verse plasmada en activos tangibles, el programa nos parece una iniciativa acertada que pondría además punto y final a un periodo de cinco años en que, incomprensiblemente, se dejó de construir vivienda de protección oficial (VPO).
Puede decirse que en el mandato de Zoido no se levantaron viviendas públicas, pese a que en el Registro de Demandantes de Emvisesa había millares de solicitudes pendientes. Por tanto, hay demanda de sobra, nos hallamos en una fase de superación de la crisis y la banca ya ha vuelto a abrir el grifo del crédito. Si no queremos que Sevilla siga perdiendo población, es condición “sine qua non” que los sevillanos puedan acceder a una vivienda pública sin necesidad de tener que irse de su ciudad al área metropolitana.
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