Editorial Sevilla

El PP cambia de portavoz

Cometería un error Beltrán Pérez si tratara de revivir la bronca oposición a Monteseirín y de judicializar la vida municipal: los tiempos han cambiado

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El relevo de Alberto Díaz por Beltrán Pérez como portavoz del PP en el Ayuntamiento estaba cantado desde el triunfo en el congreso provincial del partido de la corriente crítica que lideraba Virginia Pérez frente al sector oficialista en que estaba englobado el primero y por la necesidad de los populares de hacerse notar mucho más tras el ecuador del mandato, en que empieza la cuenta atrás para las próximas elecciones.

Las declaraciones de Espadas en el sentido de que él ha ocupado el espacio vacío dejado por el PP son la mejor demostración de que los populares, más ocupados en sus cuitas internas tras la marcha de Zoido, han facilitado una cómoda gobernación al alcalde, que en estos dos años parecía contar con mayoría absoluta en vez de lo contrario.

Es previsible, tal como ha afirmado el nuevo portavoz, que el PP haga una oposición más “visible, reconocible y claramente identificable”. En resumen, más dura y más exigente. Ahora bien, tal como también ha declarado un Espadas consciente de las dificultades añadidas en esta segunda etapa de su mandato, la dureza en la crítica no debe hacerse al margen del respeto personal ni estar reñida con la busca de acuerdos por el bien de la ciudad. Cometería un error Beltrán Pérez si intentara revivir los tiempos de la bronca oposición a Monteseirín y tratara de judicializar la vida política municipal. Ni Espadas es Monteseirín ni los tiempos son los mismos.

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