Aunque varía en función del año, normalmente el verano comienza en el hemisferio norte entre el 20 y el 21 de junio, que es cuando el eje de nuestro planeta está más orientado al sol y por ello existen más horas de luz.
Ahora bien, el cambio climático está provocando un adelantamiento e incremento de los días con elevadas temperaturas, como estamos comprobando con esta ola de calor que se inició el jueves y que con máximas superiores a los 40 grados ha puesto en alerta a 30 provincias españolas, 13 de ellas en naranja y alguna como Badajoz incluso en roja.
En los últimos 40 años venimos sufriendo como promedio una ola de calor durante el mes de junio cada lustro, sin considerar las cada vez más altas temperaturas del final de primavera. Así ocurrió durante la Feria de Abril que se celebró casi a mitad de mayo en 2015.
Con tales precedentes y siendo la nuestra una de las ciudades históricamente más calurosas, no se comprende que el Ayuntamiento haya esperado hasta el 11 de junio para iniciar la colocación de toldos en 21 calles y plazas del centro histórico. Aparte de ser pocas y dejarse siempre atrás el resto de los distritos, esta tardanza perjudica especialmente al turismo y el comercio en el casco antiguo. Si gobernar es prever y el calor se anticipa cada vez más, lo mínimo exigible es que el gobierno local reaccione en consecuencia y no le sorprenda el estío con calles sin sombra.
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