El Lunes Santo se volvió a repetir la singular imagen del cuerpo de nazarenos de la Hermandad de las Aguas formando en el interior de las Atarazanas antes de iniciar la estación de penitencia acompañando a los titulares de la cofradía por su recorrido oficial. La repetición de esta estampa deja en evidencia a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que llegó a invocar ante instancias judiciales una supuesta situación de riesgo del edificio.
Si las Atarazanas se pueden abrir durante semanas para que la productora norteamericana HBO ruede allí capítulos de la serie televisiva Juego de Tronos y cada Lunes Santo para los nazarenos de la Hermandad de las Aguas, es que el monumento, que lleva en pie desde hace 800 años, es tan sólido y seguro como para poder ser abierto al público de forma permanente. Al menos la décima parte de los sevillanos nunca han tenido la oportunidad de verlo por dentro, porque nacieron con posterioridad al cierre definitivo a las visitas, un cierre injustificado.
Es inadmisible que la Junta de Andalucía hurte los astilleros medievales a nativos y foráneos, ya que sólo desde el conocimiento unos y otros podrán evaluar, y compartir o rechazar, el proyecto de reconversión que con escaleras mecánicas en su interior se pretende acometer en este inmueble, del que pronto se cumplirán cincuenta años de su declaración como Monumento Nacional Histórico Artístico.
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