El Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria han creado una comisión para ver qué hacen con el abandonado y deteriorado puente de Alfonso XIII, popularmente conocido como el puente de hierro. La paradoja es que siendo esta comisión fruto de las reiteradas demandas desde hace años de entidades de la sociedad civil (Asociación Parque Vivo del Guadaíra, Planuente, Ecologistas en Acción, Bermejales Activa, Adepa y Ticcih España) y habiendo acordado el Pleno municipal su participación de pleno derecho en la misma, al final los partidos políticos se han dado maña para dejarlas fuera o, sólo en un par de casos, que sus representantes acudan como invitados o, peor aún, como si fueran sus asesores. Y luego hablan de fomentar la participación ciudadana.
La segunda paradoja es que el presidente de la Autoridad Portuaria (APS) ha dicho que lo primero es averiguar en qué estado exactamente se encuentra el puente. Ha sido la confesión inconsciente del incumplimiento por su parte del deber legal de conservación, ya que la APS, como propietaria del bien, que goza de protección (está inscrito en el Sector 27.3, “Puerto”, del Conjunto Histórico), ha tenido siempre la obligación de conservarlo y custodiarlo de manera que se salvaguardaran sus valores. Sería imperdonable que no se salvara de una vez por todas este símbolo de la Expo del 29 ahora que celebramos el aniversario de la Expo del 92.
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