Espadas ha anunciado una recalificación reversible: la de los suelos de la histórica Hytasa, para que recuperen su vocación original, la industrial. Por ironías de la historia, un alcalde socialista deshace lo que otro de su mismo signo ideológico, Monteseirín, realizó durante su mandato, cuando puso el urbanismo al servicio de la especulación inmobiliaria al autorizar la firma de un convenio por el que se recalificaron para uso terciario y residencial 50.000 m2 de los 98.000 m2 de la fábrica que simbolizó otro de los frustrados sueños de Sevilla y de Andalucía: la transformación en tejidos, al modo de la próspera Cataluña con su potente industrial textil, del algodón que se cosechaba en nuestros campos.
Espadas también ha destacado que el suelo que vuelve a ser industrial, esta vez para proyectos de la economía circular, está situado a tan sólo 20 minutos del Centro, lo que les confiere aún más valor. Otra paradoja del destino, porque en los tiempos del “boom” inmobiliario, cuando se pensaba que todo el monte iba a ser orégano, se llegó a hablar de la recalificación de grandes polígonos industriales como Calonge o el de la Carretera Amarilla para convertirlos en pisos y trasladar aquéllos a la periferia, lo más lejos posible. Nos felicitamos por que Hytasa vuelva a ser industrial, ya que nos sobran pisos (teníamos 48.223 vacíos en 2013, según el INE) y nos faltan industrias que den empleo a nuestros 78.602 parados.
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