Editorial Sevilla

La condición de la Gavidia

Para enajenar la Gavidia habría que recalificarla, cambio urbanístico que fue rechazado por el Pleno tras el debate sobre la antigua comisaría

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Durante años, la Junta de Andalucía incluía en sus Presupuestos la realización de una serie de inversiones en materia educativa, servicios sociales y otros aspectos con cargo a la denominada Deuda Histórica que debía pagarle el Gobierno de la nación pero que al final éste no le abonaba, con lo que aquellas inversiones en colegios y otros no se acometían, y vuelta a empezar en el siguiente ejercicio económico con el mismo resultado.

En Sevilla, el PP condiciona ahora su apoyo a los Presupuestos de Espadas a que se le apruebe una enmienda en virtud de la cual el Ayuntamiento financie distintas inversiones con los 19 millones que, a su juicio, podría obtener por la venta de la Gavidia y de la sede de la calle Pajaritos. Así pues, el PP intenta que el gobierno local venda dos edificios que ni siquiera Zoido, con toda su mayoría absolutísima, pudo vender.

El problema es que para enajenar al menos la Gavidia habría que recalificarla, cambio urbanístico que fue rechazado por el Pleno tras el último debate abierto en la ciudad al respecto, y que la tramitación de esa hipotética recalificación llevaría un tiempo tal que aunque se vendiera los ingresos no se podrían utilizar este año. Tanto la experiencia con la Deuda Histórica como en el gobierno de Zoido demuestran el peligro de vincular inversiones a la venta de activos o ingresos virtuales si luego no se producen: es el cuento de la lechera en versión presupuestaria.

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