Editorial Sevilla

Frenazo y marcha atrás

La Junta deshace la fusión de los dos grandes hospitales de Sevilla por el miedo de Susana Díaz a posibles protestas como la de Granada

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La Consejería de Salud ha acabado liquidando la ilógica fusión de los dos grandes hospitales sevillanos, el Virgen del Rocío y el Virgen Macarena, que decretó hace cuatro años al anunciar ahora el nombramiento de un gerente propio para el segundo.

A nadie se le oculta que esta decisión obedece realmente al miedo de Susana Díaz a que le acabe estallando en Sevilla otra “marea blanca” de protesta contra los recortes en la sanidad similar a las de Granada, Málaga y Huelva. Como la Junta no quiere reconocer la auténtica razón de esta rectificación en toda regla, ha de inventarse un argumento que la justifique.

Con el típico lenguaje tecnocrático que sirve para cualquier cosa,  Salud dice que la decisión de volver al modelo antiguo de dos hospitales/dos gerentes se adopta para hacer más ágil la gestión y por el volumen de actividad y de población.

Paradójicamente, cambia de criterio el día en que se conocía que la población de Sevilla no sólo no ha aumentado, sino que ha descendido en 3.312 personas. Esta vuelta atrás de la Junta, realizada por intereses puramente políticos, es una desautorización en toda regla a la anterior consejera de Salud y actual de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero, artífice de una fusión que presentó en su día como beneficiosa para los ciudadanos “al fomentar aún más la atención integral”. Al final, la gestión unificada ni era tan beneficiosa, ni la atención tan integral.

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