La posibilidad de que Abengoa ofrezca sus siete edificios en Palmas Altas para la Ciudad de la Justicia ha dejado descolocados a la Junta y al Ayuntamiento, que o no quieren pronunciarse, se remiten uno a otra o dicen sin sentido que “nunca hemos puesto este extremo sobre la mesa”. Hace unos años, el consejero Llera calificó la Ciudad de la Justicia como un proyecto de ciencia ficción que estaba prácticamente enterrado debido a las restricciones presupuestarias.
Y no sólo por eso, ya que el Ayuntamiento y la Junta proyectaron lo que de momento, que dura ya más de un decenio, no es más que una idea sobre terrenos que mayoritariamente no son suyos, sino del Estado. Éste pleiteó en su día por que se incrementase la edificabilidad, y así también sus ganancias cuando se pusieran en carga urbanística.
El factor diferencial en esta hipotética ocasión con Palmas Altas es que ya no estaríamos hablando de ideas, papeles y suelos, sino de edificios reales y tangibles, a los que podría hacerse una mudanza a corto plazo en caso de acuerdo, como bien han visto los grupos políticos de Ciudadanos y Participa. Al no valorar esa posibilidad con el argumento del compromiso “inquebrantable” con Los Gordales, la Junta puede seguir mareando la perdiz por tiempo indefinido y sin comprometer un solo euro para la Ciudad de la Justicia, que seguirá siendo de ciencia ficción “ad calendas graecas”.
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