La Junta de Andalucía une al bochorno del resultado del informe PISA el ridículo de sus explicaciones para exonerarse de responsabilidad. El último informe de este tipo, que cada tres años elabora la OCDE, sitúa a Andalucía a la cola de Europa y de España en Matemáticas y Ciencias, con tan sólo una leve mejora en la comprensión lectora de nuestros estudiantes.
En vez de hacer autocrítica, como el lehendakari vasco al ver la evolución negativa en su comunidad, la Junta se ha escudado en: 1º) que aún sufrimos mos el analfabetismo de los tiempos de Franco, cuando aquél no se hereda y la Junta tiene las competencias educativas desde hace más de 30 años; 2º) que la culpa es de la Lomce del PP, cuando es una ley reciente, boicoteada por la propia Junta, que presumía de haber reducido al mínimo su aplicación; y 3)º que el PISA carece de validez científica, cuando el Gobierno andaluz se felicitó hace unos años al obtener mejores resultados que ahora; entonces no lo desacreditó.
Tal como han declarado profesores sevillanos, la Junta retiró docentes de apoyo, por lo que no pudieron dedicar más tiempo a los alumnos necesitados de más atención. Las recientes “mareas blancas” en Granada, Málaga y Huelva y el Informe PISA demuestran los efectos de los recortes aplicados por Susana Díaz, esos tijeretazos que siempre ha negado, en la sanidad y la enseñanza, los pilares del Estado de Bienestar.
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