La gaditana Teresa Rodríguez ha sido reelegida secretaria general de Podemos Andalucía tras obtener un 75,64% de los votos frente al poco más de un 11% cada una de sus dos rivales, Carmen Lizárraga y Begoña Gutiérrez, representantes del que podría calificarse como el sector crítico y que fueron incapaces de presentar una candidatura conjunta en estas primarias. A la postre habría dado igual, porque Rodríguez ha cosechado tres de cada cuatro votos emitidos por sus correligionarios.
La reelección de la actual líder supone una victoria de la corriente más “pablista”, populista y radical, frente a la más moderada y alineada con Errejón, que propugna una mayor institucionalización de la formación moderada y es partidaria de llegar a acuerdos con el PSOE en vez de tratar de sobrepasarlo a toda costa con tal de erigirse en la fuerza dominante de la izquierda.
Frente a los partidarios de pasar de la protesta a la propuesta, Teresa Rodríguez preconiza esencialmente estimular las movilizaciones populares para cambiar las políticas de la Junta y pone como ejemplo las recientes manifestaciones masivas en Granada contra los recortes sanitarios y las fusiones hospitalarias.
Rodríguez se define más por un perfil contestario (anticapitalista, antimilitarista, antiglobalización, anti….) que por ofrecer alternativas políticas, y trata de ganar en la calle lo que no ha ganado en las urnas. Esa posición es fácil de mantener cuando no se desempeña ninguna responsabilidad, pero difícilmente se puede aspirar a gobernar sin ofrecer soluciones a los problemas de los andaluces y con la pancarta en la calle como único aval.
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