Los datos divulgados por la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en Londres con motivo de la Feria Mundial del Turismo (WTM) demuestran que si en estos momentos hay alguna actividad que merece el calificativo de joya de la corona en Andalucía ésa es el turismo, porque este año se batirá un nuevo récord de visitantes a nuestra tierra: 28 millones. Para hacerse una idea gráfica de lo que supone esa cifra, es como si cada día del año le brotara a Andalucía un municipio como el de Fuengirola, del orden de 76.000 habitantes.
Esta gran afluencia de viajeros, que más que triplica a la población andaluza y precisa de 50 millones de pernoctaciones en nuestros hoteles, genera ya el 13% del Producto Interior Bruto, de la riqueza regional. Este éxito, que ni siquiera ha sufrido aún el efecto del Brexit pese a ser el británico el principal mercado emisor para Andalucía, no sólo se debe a nuestro clima o a nuestras playas, ya que otras comunidades autónomas e incluso otros países del arco mediterráneo gozan de similares condiciones, sino a un trabajo bien hecho por parte de todos los agentes, públicos y privados, que intervienen en el sector.
Ahora bien, tal como ha expresado la presidenta de la Junta, no cabe dormirse en los laureles y hay que aprovechar esta época de bonanza para incrementar nuestra competitividad (por ejemplo, con la rebaja del IVA) ante posibles cambios de ciclo o acontecimientos adversos, y también para mejorar la calidad del empleo en el sector, en el que sólo la mitad de las plantillas son indefinidas y donde la excesiva precariedad lleva a los sindicatos a hablar de “la cara B” del turismo.
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