El psicopedagogo y especialista en educación infantil Jorge López Pérez Vallejo ha avisado de la dificultad que existe para diagnosticar correctamente el síndrome de Asperger y del elevado número de falsos positivos que existen y que, a su juicio, se deben a la falta de información sobre esta patología.
Se trata de un trastorno del desarrollo dentro del espectro autista, que este domingo celebra su Día Internacional, y que se caracteriza por dificultades para la interacción social, alteraciones de los patrones de comunicación no verbal e inflexibilidad cognitiva y de comportamiento.
No obstante, el experto ha avisado de que los síntomas se manifiestan de diferente forma en cada persona, por lo que ha destacado la necesidad de tener en cuenta este aspecto a la hora de diagnosticar y tratar. "El síndrome de Asperger tiene un diagnóstico complicado, donde una mala evaluación puede llevar a diagnósticos erróneos y a lo que en nuestro modelo terapéutico denominamos presuntas patologías, que no son reales y dificultan enormemente la recuperación", ha dicho.
Según datos de la Confederación Asperger España, se producen entre 1 y 5 casos de Asperger cada 1.000 nacimientos, si bien, y a pesar de que en los últimos años se ha incrementado el número de familias afectadas, este trastorno sigue siendo "poco conocido" en España por la falta de información.
Esto hace, en palabras del doctor, que se incrementen las posibilidades de una "mala" valoración y, en consecuencia, de un "mal tratamiento" que no aporta beneficio a quien lo sufre, y que es negativo para su problema real y mal diagnosticado.
"La evaluación debe ser integral, realizada por un equipo multidisciplinar si fuera necesario; en cuanto a lo sistémico, es importante incluir a la familia y tomar en cuenta síntomas fuera del ambiente académico. El objetivo inicial es contar con un diagnóstico preciso y, lo más importante, que realmente funcione a la hora de tratar el problema", ha añadido López Pérez Vallejo.
EL PELIGRO DE UN MAL DIAGNÓSTICO
En ese caso, prosigue, se puede llegar a crear una enfermedad a partir del diagnóstico y hacer más daño que bien con un tratamiento inadecuado que en algunos casos incluye hasta medicación, pudiendo llegar a producir un daño conocido como iatrogenia.
"A la consulta vienen muchos padres con niños a quienes les han diagnosticado previamente este síndrome de manera errónea, por lo que nos encontramos constantemente con esta situación que nosotros llamamos 'presunta patología' y cuyos síntomas en muchos casos pueden venir de trastornos obsesivo-compulsivos o depresiones profundas", ha alertado el especialista.
Asimismo, tal y como ha argumentado, si ya se ha comenzado un tratamiento para mejorar un trastorno que realmente no se tiene, empezar una terapia es "aún más complicado" para abordar el problema y "deshacer el mal que haya podido hacer el anterior tratamiento", pudiendo alimentar la patología e, incluso, creando una nueva.
Se parte de identificar con claridad el problema es muy común encontrar etiquetas diagnosticas que confunden el síndrome de Asperger con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), con la depresión infantil, el autismo, con un ligero retraso en el aprendizaje o con el trastorno obsesivo compulsivo, este último es muy común en los niños y produce mucha confusión", ha enfatizado el psicopedagogo.
Dicho esto, se ha referido a la terapia breve estratégica, desde la cual se trabaja para que el niño deje de desarrollar sus rituales o patrones disfuncionales de comunicación no verbal, en muchos casos se eliminan de inmediato, lo que nos hace pensar que no es tan claro que nos encontremos ante un Síndrome de Asperger.
"Posteriormente, se trabaja la tendencia al aislamiento, se desbloquea con facilidad y el niño sorprende dejando de aislarse paulatinamente, los patrones inflexibilidad cognitiva y comportamental se trabajan desde la plasticidad de este novedoso modelo terapéutico, que permite tratamientos prácticos y altamente efectivos, el único concepto que nos puede ayudar es el de la flexibilidad máxima y la elección de instrumentos que sean adecuados a cada situación concreta, siempre con una atención profesional especializada y un trabajo continuo con las familias", ha zanjado López Vallejo.
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