El Gobierno alemán acordará los detalles del envío de armamento a los kurdos que luchan en el norte de Irak contra los yihadistas del Estado Islámico (EI), un paso cuestionado por la oposición y por la mayoría de los ciudadanos.
La canciller, Angela Merkel, tiene previsto reunirse con sus ministros de Defensa, Exteriores, Finanzas, Desarrollo y Economía para cerrar la operación, y después mantendrá un encuentro con sus socios de coalición, los conservadores bávaros de la Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata.
Mañana comparecerá en una sesión extraordinaria del Bundestag (Cámara Baja) y el acuerdo se someterá a votación, aunque, al no tratarse de una intervención de tropas en el extranjero, la opinión de los parlamentarios no será vinculante.
A pesar de que se espera que una amplia mayoría respalde la decisión -los conservadores y los socialdemócratas que apoyan la gran coalición suman 504 escaños, frente a los 127 de la oposición que conforman los Verdes y La Izquierda-, el acuerdo resulta controvertido en un país que siempre ha rechazado enviar armas a zonas en conflicto.
"No puede ser que la jefa de Gobierno y cuatro ministros decidan en secreto si Alemania envía armas a una región en crisis", manifestó ayer el jefe del grupo parlamentario de Los Verdes, Anton Hofreiter, en declaraciones al diario "Neuen Osnabrücker Zeitung".
En opinión del líder de La Izquierda, Gregor Gysi, la decisión de "equivocada y contraria al derechos internacional".
Según las últimas encuestas, más del 60 % de los alemanes también rechazan el envío de armas.
El Gobierno de Merkel ha avanzado que no tiene previsto elevar el nivel de alerta por atentado terrorista en el país, una decisión que sí ha adoptado el Reino Unido.
Según el Ministerio del Interior, aunque Alemania también está en el punto de mira de los terroristas islamistas, no hay informaciones sobre planes concretos de ataques en el país.
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