Concentración y recogida de firmas en Écija en apoyo al reo astigitano en estado \"terminal\"

La plaza del Salón, en Écija, fue la noche de este pasado lunes el escenario de una concentración convocada en demanda de la puesta en libertad de Pablo Moreno García, un vecino de dicho municipio que, a sus 48 años, afronta con un cáncer en fase \"terminal\"

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La plaza del Salón, en Écija (Sevilla), fue la noche de este pasado lunes el escenario de una concentración convocada en demanda de la puesta en libertad de Pablo Moreno García, un vecino de dicho municipio que, a sus 48 años, afronta con un cáncer en fase "terminal", neumonía crónica y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), la última parte de la condena de ocho años y tres meses de cárcel que le fue impuesta por una serie de robos cometidos en el pasado.

   Amparo Moreno, hermana del preso, ha explicado a Europa Press que a la concentración, que sigue a la celebrada hace pocos días en el Prado de San Sebastián de Sevilla capital, sede de los juzgados y de la Audiencia Provincial, "ha asistido bastante gente", con la participación expresa de "todos los grupos políticos" del Ayuntamiento astigitano. Durante el acto, la familia del preso recogió incluso "unas 500 firmas" en demanda de su puesta en libertad por razones humanitarias, siempre según esta portavoz de la familia.

   Y es que, según explica, aunque la familia de Pablo Moreno ha intensificado sus gestiones ante las autoridades judiciales en demanda de la liberación del reo a cuenta de su estado de salud, "no nos han contestado nada".

   Según la familia del preso, vecino de Écija y de 48 años de edad, Pablo Moreno cumple condena desde hace siete años en la cárcel Sevilla II a cuenta de una condena de "ocho años y tres meses" de privación de libertad que le fue impuesta por delitos de robo. El reo, así, tiene aún pendiente el cumplimiento de un año y tres meses de condena, pero sufre "un cáncer" de garganta en fase "terminal", una neumonía crónica" e incluso porta los anticuerpos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, por lo que sus familiares, por "razones humanitarias", reclaman su puesta en libertad, al objeto de que pase sus últimos días "con su hijo y su nieto".

   Según la familia, las autoridades judiciales no permiten su puesta en libertad porque "la juez cree que puede delinquir de nuevo", pero los familiares del preso alegan que "un escrito de la prisión" refleja que "está rehabilitado por completo y tiene un comportamiento ejemplar". "Con la enfermedad que tiene es imposible que delinca, porque se mueve pero con muy poca facilidad", decía uno de sus hermanos.

   El consejero de Justicia e Interior, Emilio de Llera, ante este caso, recordaba que en efecto, la legislación penitenciaria permite acordar la libertad condicional de los enfermos terminales, al objeto de que puedan fallecer en su casa, pero siempre que se cumplan los requisitos establecidos para ello por la ley.

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