L a hermandad de la Caridad presentó su programa de actos del 75 aniversario, pero si me tengo que quedar con algo, me quedo con la emoción del momento que aportó José Antonio Castañeda.
José Antonio, el morito como cariñosamente le conocen, es un hombre lleno de bondad y sentimientos. Tímido en parte y nervioso siempre. Rociero convencido, devoto de la Caridad de siempre y entregado. Sufrió muchísimo cuando Luis de Celis Sirviente padeció aquella grave enfermedad de la que la Virgen de la Caridad y la Niña María lo devolvieron al mundo de los vivos. A él le dedicó el Nacimiento de la hermandad aquel año.
El miércoles, se convirtió en portavoz del grupo de devotos que ha regalado el corazón de plata a la Virgen y lo primero que hizo fue elevar la caja al cielo y decir un “Va por ti Javi”, en un merecido recuerdo a Javier Moreno Ortiz, fallecido el pasado mes de julio en la playa de Camposoto cuando intentaba sacar del agua a un amigo, también cofrade.
La emoción se dejó ver en todos, pero especialmente en sus hermanos Chema y Marco. Si eso pasó el miércoles, estoy seguro que el 20 de noviembre la Alameda va a ser una gran fiesta con la calidad de las bandas que estarán presentes en el primer memorial Javier Moreno Ortíz.
José Antonio Castañeda Gallardo, que es rociero, sabe que su hermandad hace la peregrinación andando ese fin de semana, pero también que se debe a su obligación como miembro de la junta de gobierno de la Caridad y especialmente en un certamen que hace honor a su amigo Javier.
Son esas cosas y esos gestos que hacen grande a las hermandades y las apartan de las miserias mundanas en las que muchas veces se ven inmersas.
A todos los cofrades de Caridad, felicidades por contar con José Antonio.
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