Siempre los veteranos cofrades han manifestado su fe al margen de las administraciones públicas. Como mucho, lo que pedían es que no se pusieran pegas al desarrollo de la labor cultural y cultural. No más.
De todos es sabido que los antiguos hermanos mayores poco tienen que ver con los actuales. Ahí están las actas y libros de historia.
Hoy día parece que los hermanos mayores no se dan cuenta de que cualquier intervención que hagan a título particular, puede ser interpretada como propia de la hermandad. Hoy en día parece que es más importante la presencia de una corporación o de la marina en alguna función, que la de los propios hermanos, porque sencillamente se tiene más interés en la asistencia de algún munícipe o castrense que de los propios hermanos. Unos son invitados y los otros obligados.
Desde el minuto 1, se hablaba sobre la presencia o no de la alcaldesa en los actos cofrades. A muchos los sorprendió en la procesión del Carmen, porque sencillamente iba sumamente elegante y hasta con colores carmelitanos.
No he visto falta de munícipes en actos cofrades, pero todavía preocupa. Y sinceramente, se está perdiendo el norte.
Aún recuerdo la cara de los munícipes que asistieron a la inauguración del curso cofrade, que lejos de una ceremonia oficial, no era más que un acto de meditación católica.
Es verdad que las cofradías siempre han contado con apoyo en San Fernando desde todos los estamentos. No creo que este apoyo vaya a cesar, pero si condicionado.
Baste una sóla cuestión. ¿cuántos dirigentes cofrades han asistido a las reuniones del Ayuntamiento para votar las inversiones de la ciudad? Pues pregúntense ustedes mismos. Pueden quedar sorprendidos.
Las cofradías no deben hacer política y mucho menos cuando persiguen interés particular.
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