Desde mi palco

Con el clamor y la aflicción del pueblo como justificación

La decisión de limitar las inversiones de las hermandades no se aleja de ser una medida populista que afecta directamente a los artesanos y que provocará más desempleo.

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  • Desde mi palco. -

El Obispado de Cádiz y Ceuta ha vuelto a mostrar lo alejado que está de las hermandades o lo que en muchas ocasiones he reclamado, al igual que otros tantos cofrades con más bagaje y experiencia que este que escribe, y que no es otra cosa que una Asamblea Diocesana de Hermandades y Cofradías donde se pongan puntos en común y donde se sienten las bases de la coherencia y unidad.

Pero sin dar pie a palpar la realidad de las hermandades y cofradías de la diócesis, el nuevo delegado episcopal, saca una circular donde limita las inversiones de las cofradías. Argumenta esta decisión en citas bíblicas como “He oído el clamor de mi pueblo, he escuchado su aflicción” y un versículo del evangelio de Mateo “Y nuestro Señor y Salvador Jesucristo, nos enseña que todo lo que hagamos a nuestros hermanos, a Él mismo se lo hacemos” (Mt 25, 40).

Hasta ahí todo bien, pero parece que se obvia que las hermandades ya se han adaptado a los tiempos multiplicando su labor social y apartando grandes proyectos, por que simplemente, hay menos dinero y muchos hermanos no pueden pagar.

Cierto es que si hubiera habido más control, quizás no hubiéramos vivido los malos momentos para la Vera-Cruz, pero también que una sociedad no se construye a base de la caridad, sino del trabajo. Lo que quiere una persona es el trabajo, ese derecho de la Constitución que también está en crisis. Una persona no quiere caridad. Quiere trabajar. Resulta horrible el contraste entre quienes nadan en la abundancia y quienes se ahogan en la desesperación de la indigencia, como se puede ver ahora. Pero frenar proyectos de inversión cuyo pago pueda estar garantizado, hará que muchos artesanos terminen viviendo de la caridad de las propias hermandades y que la crisis económica siga afectando.

No basta con medidas populistas, ni hace falta norma o circular alguna, porque el propio Obispado en su norma base para las hermandades ya contempla el gasto de las cofradías y lo que deben destinar a obras de caridad. Por cierto, porcentajes que se han quedado pequeños en cuanto a donaciones, porque las cofradías en La Isla, no sólo donan dinero y alimentos, sino que apoyan en muchos casos a las Cáritas parroquiales.

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