Desde la red

Tócala de nuevo, Sam…

Otra vez. Otra vez un partido a cara de perro, a vida o muerte, entre jugarnos el abismo y tener un verano tranquilo en el asunto deportivo

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Otra vez. Otra vez un partido a cara de perro, a vida o muerte, entre jugarnos el abismo y tener un verano tranquilo en el asunto deportivo. Otra vez entradas a un euro, promociones, #NuestraFinal, nervios, agobios y una semana que se hace larga incluso con un lunes festivo. Otra vez hay respuesta de los aficionados, de los onubenses, cuando el Recreativo más lo necesita. Y otra vez… otra vez comiéndonos las uñas hasta el domingo a las diez de la noche, para ver si podemos explotar de alegría o continuar devorando las falanges de nuestros dedos.

Que hace sólo un año viviéramos esta situación ya nos hace expertos en la cuerda floja. Lo hemos sido esta temporada, desde que formalizamos el #ComoSea y dimos un empujón al equipo con un cambio de mentalidad colectiva. Ahora nos jugamos una de las patas de la mesa que es el Decano. Y lo hacemos sin matemáticas, sin transistores, sin actualizar el Twitter.

Lo que tenemos que hacer es ganar. Y capacidades tenemos para lograrlo. Es una desgracia que lleguemos a este punto. Desde hace un tiempo el equipo ha jugado muy bien, ha generado ocasiones clarísimas en los partidos, pero le ha costado mucho que la pelota entre. El poco acierto goleador nos trae a este momento, a esta tensión. Pero tenemos que creer en nosotros mismos, porque los de Pavón son capaces de lograr los tres puntos con algo de acierto.

Creo en la energía colectiva, en una mezcla de tensión enigmática para cambiar las cosas. Cuantos más seamos en el campo transmitiendo esas ondas de optimismo, pasión y esfuerzo a los nuestros en el césped, más posibilidades hay de que el balón entre. Cada uno tiene su forma de compartir su potencial: hay quién pretende la oración, hay quién lo hace a gritos de ánimo, a saltos y con movimientos de desparpajo o en un silencio concentrado en cada jugada y guardando en la retina todo lo que ve.

Ha sido una temporada dura, marcada por demasiados temas extradeportivos que afectan gravemente. El cambio de entrenador previo a la jornada uno, los doce partidos de Pavón desde la grada, los problemas de cobro, la planificación manchada por Comas, la lógica perturbación social por el devenir del club… Un maquillaje sanguinario para nuestro Recre que le ha atado de manos y cuello en todos los aspectos. Por eso, ganar es motivo de celebración. De una bomba atómica de felicidad.

Preparad los cardiólogos, mentalizad la gran cita. Los jugadores, los técnicos, los directivos, los patrocinadores que quedan… y nosotros. Este año no personalicemos en héroes, sintámonos partícipes. Es una situación crítica y grave, pero así se escriben leyendas. Así celebramos la Vida.

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