Desde la red

¡Al fin! Comas ya no está

De Comas en el Recre ya sólo quedan un justiprecio que puede ser divertido y una querella de la que esperamos justicia. Volvemos a ilusionarnos

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En el Recreativo de Huelva las cosas se hacen despacio por obligación, más que por necesidad. Hemos tenido que esperar desde el verano hasta ahora para poder decirle, de forma oficial, adiós a Pablo Comas. Con papeles y para terceros. Un camino que comenzó con hacer BIC al Recre, que explotó con la noticia de la expropiación en verano y que no fue confirmada hasta el 6 de octubre, y hasta ahora, se han tenido que poner en orden las cuentas de varios años, abrir la hoja registral y sobrevivir al día a día. Pero por fin, ya podemos decir que legalmente Pablo Comas y los Martín, aquellos consejeros afines al destructor de sentimientos, son parte de una pesadilla de la que estamos despertando.

Despertando, porque la situación del Recre sigue siendo grave y esa gravedad es la que lleva a dar los pasos tan lentamente. El deseo es que algún día miremos atrás, desde la perspectiva de un club normal que sólo piensa en el próximo partido y que puede tener alguna ambición de crecimiento, para mirar como un absoluto aprendizaje lo que ha sido esta larguísima travesía en el desierto. Un recorrido, entre montañas de arena y abrasador sol con sólo una cantimplora y dos gotas de agua. Así está el Recre.

El fútbol es un espectáculo, una ilusión, un espejismo en nuestra vida que nos hace olvidar problemas, enfadarnos trivialmente por goles y derrotas y que hemos convertido en pasión. Y ese lienzo que dibuja cada emoción el fin de semana es el césped, con unos pintores que son nuestros jugadores y una pintura que es el balón. Los recreativistas nos merecemos vivir ilusionados durante una temporada, aunque el club esté catatónico. Es la ilusión deportiva, la de disfrutar con el equipo y, no lo neguemos, con los resultados, que al fin y al cabo son lo importante -por desgracia- de todo esto.

Pero tengo que volver a Pablo Comas, porque él, además de quebrar un club quiso estropearnos la temporada. Ya lo dijeron en su día Jesús Vázquez y Núñez como capitanes, y ahora lo dice públicamente Javi Cantero: lo peor que le ha pasado esta temporada fue el cambio de entrenador antes del primer partido. Esa fue la jugarreta de Comas para romper el trabajo de todo un verano. Y negar fichajes. Y aceptar el que él quería. Y fastidiar a Pavón. E incluso guerrear con un cese de Ceballos que ha sido demasiado duro para todos y para el equipo.

De Comas en el Recre ya sólo quedan un justiprecio que puede ser divertido y una querella de la que esperamos justicia. Volvemos a ilusionarnos, Comas ya no está. Ahora toca disfrutar en el marcador.

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