La tarde del miércoles el Trust organizó una reunión con sus socios para exponer ideas al consejero que tenemos, Roberto Sánchez. Pero además, en un acto de transparencia, dentro de lo que como consejero se le permite contar, sirvió para ver claro los problemas y acciones de la transitoria junta directiva.
Os voy a resumir todo en dos conceptos: el libro registral y la auditoría forense. Lo primero, al no estar presentadas las cuentas desde 2011, está cerrado. Eso significa que para terceros, el propietario del club sigue siendo Pablo Comas. Es necesario abrirlo y actualizarlo, con las cuentas de todos los años, y así poder ejercer con plenitud de poder como dueño. Por culpa de este defecto, por ejemplo, no se puede disponer de la web oficial e incluso no se pueden autorizar transferencias en la entidad bancaria y casi es difícil hablar con Hacienda. Es algo elemental, pues los consejeros actuales están atados de manos para proceder como deberían. Esto lleva tiempo, son cuentas de cinco años y hay que realizar la labor y además convocar una junta de accionistas.
Respecto a la auditoría forense, es algo necesario. Podemos pensar que es tarde, pero todo es complicado dentro del club cuando se presentan dilemas como: ¿hacer la auditoría o pagar seguros sociales? ¿Cumplir con este pago o hacer lo otro? Es cuestión de prioridades y ahí está el acierto y la dificultad que desconocemos. Pero ya se ha encargado, y es algo tan inmenso que se dilatará en el tiempo hasta tres o cuatro meses.
El Recreativo es un muerto que está cruzando un desierto de arena, y cada grano de arena que se encuentra es un problema. Hay que asumirlo así. No existen varitas mágicas, el club no se puede vender ya, sin más. Hay ojos de Hacienda en todo y cada pequeño pago, hasta viajar en avión, es una odisea para el consejo actual. Como aficionados tenemos la responsabilidad de entender esto.
Y se lo pediría también a esa prensa que se obceca en dar malas ideas como “no pagar el carnet”, criticar a la directiva actual sin saber lo que ocurre (¿les han preguntado directamente o esperan que se lo cuenten porque sí?) y poner piedras continuamente. Esa una corriente de opinión no negativa, si no irreal. A veces me pregunto: ¿queremos salvar al Recre? O simplemente queremos tener audiencia hablando desde el desconocimiento.
Ojo, que cada uno es libre de tener su opinión. Pero antes de actuar irasciblemente es mejor pensar en el porqué de las cosas. No hay nada fácil en el Decano y se está actuando con muchísimo criterio. La mejor forma es dar la mano para atravesar este desierto.
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