Los vendedores ambulantes de la Calle Compañía insisten en la lucha de conseguir que se regularice su situación y reivindican su derecho al trabajo. Dos de ellos, un matrimonio formado por Fabio y Anna, tienen incluso en mente denunciar a los ediles del Ayuntamiento gaditano, David Navarro, concejal de Hacienda y Policía Local, y a Laura Jiménez, edil de Comercio, Fomento y Turismo, pero “no tenemos dinero para hacerlo, necesitamos unos mil quinientos euros y estamos pensando en realizar algún tipo de colecta para lograrlo”.
Aunque no tienen claro si acabarán o no denunciando a los dos ediles por “prevaricación y falsedad documental”, lo que no dejarán de hacer es “insistir en que se regularice nuestra situación…. Queremos trabajar… no recibimos ningún tipo de ayudas y no las queremos, tenemos brazos y piernas y fuerza para trabajar. No queremos inculcar a nuestros hijos una cultura de la mendicidad y sí una cultura del trabajo y de luchar por lo que es justo”.
Explican que “llevamos siete años con un puesto en la calle Compañía, antes de que llegara el nuevo equipo de Gobierno ese que llaman del ‘cambio’ al Ayuntamiento” y “llevamos dos años reivindicando una licencia para trabajar en Cádiz, la capital europea con la tasa de paro más alta”.
A finales de 2015, “nos dieron una licencia para tres meses firmada por Navarro, pero era para exponer artesanía, pero nos dijeron que si nos dábamos de alta de autónomos nos darían la licencia para venta ambulante”, relata Fabio.
Tras caducar esa licencia provisional y “cumplir todos los requisitos, nos denegaron la licencia” y eso que “contamos con el apoyo de la iglesia, de los comerciantes de la zona, de la asociación de vecinos, de un informe de la Policía Local a favor de que se ubiquen cuatro puestos en la calle Compañía, algo similar a lo que dijo el propio Defensor del Pueblo Andaluz”. Es decir, “tenemos el apoyo de todos menos de Laura Jiménez y de su equipo de Gobierno”.
Las razones de Jiménez es que “existe un informe de Protección Civil que dice que colocar allí unos puestos no es conveniente desde un punto de vista de la seguridad”
Su situación actual “es estar a un paso de la exclusión social porque este verano no nos han dejado trabajar ni un día apenas y se nos complica poner un plato sobre la mesa, pagar el alquiler, la luz y el agua. Nos empujan hacia la mendicidad y solo queremoss poder trabajar”, concluye.
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