Cristiano Ronaldo, la evolución de una estrella

Muchas son las palabras de elogio para Cristiano Ronaldo, sus números ensalzados, sus excelentes aptitudes… pero hay pocos análisis sobre cómo ha evolucionado el atacante portugués en los últimos años e incluso desde que aterrizó en Manchester. Sin duda, un cambio radical

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Muchas son las palabras de elogio para Cristiano Ronaldo, sus números ensalzados, sus excelentes aptitudes… pero hay pocos análisis sobre cómo ha evolucionado el atacante portugués en los últimos años e incluso desde que aterrizó en Manchester. Sin duda, un cambio radical.

Si nos trasladamos a los tiempos en los que llegó a la Premier League como una de las apuestas de Sir Alex Ferguson la evolución no escapa a los ojos de cualquier persona. Era un jugador más fino, seguramente más rápido y que vivía más del uno contra uno, de ser un jugador puro de banda, con esas características de golpeo y de verticalidad que ya fue adquiriendo en los últimos años en Old Trafford, donde ya jugó algunos partidos importantes como referencia ofensiva, y que heredó el Real Madrid con su fichaje.

Su llegada a Madrid fue un ciclón. El precio, la expectación, los años previos de promesas incumplidas y la compañía con la que llegó (Kaká y Karim Benzema, entre otros) presagiaban una nueva época dorada en el club blanco. Un ciclo histórico del portugués. Lo cierto es que, en los primeros años, su carácter le jugó malas pasadas en alguna ocasión. Futbolísticamente hablando, la evolución con respecto a Manchester no era excesiva. Sí se convirtió en un jugador que empezó a aparecer más por dentro, pero seguía pecando de un excesivo individualismo y de gestos en el campo que no ayudaban a su juego. Sus cifras goleadoras eran buenas, pero su contribución al buen funcionamiento del equipo escasa. Con la llegada de Mourinho y Mesut Özil, su entendimiento del juego mejoró notablemente, aunque todavía lejos de lo que un jugador con sus aptitudes podía aportar al grupo.

Y es ahora cuando está en ese momento, en ese punto en el que Cristiano Ronaldo está siendo un jugador cercano a la perfección. Ancelotti ha ideado un sistema en el que el atacante luso tiene la libertad de aparecer por donde quiera y le ha pedido que sea más influyente en el juego del equipo. Este Real Madrid tiene un punto más de presencia con balón debido a los jugadores que hay sobre el verde y es ahí Cristiano donde ha sufrido una mejora tremenda, bien apoyada por su madurez a nivel emocional. Aparece, evita girarse siempre como antaño y descarga rápido de cara o hacia fuera, tira una pared, se apoya en el mediocentro cuando parte de fuera y no hay opción de encarar, es dinámico después de pase… y mantiene sus virtudes anteriores. Es decir, su golpeo es inigualable, tiene el don del gol, su potencia para ir al espacio no tiene límites y tiene un hambre de victorias y títulos que le convierten en el mejor jugador del mundo con permiso de Leo Messi. Dos fenómenos. Sin duda, dos de los jugadores más influyentes de la historia no sólo por el nivel mostrado, sino por su capacidad de seguir evolucionando aunque parezca imposible. Cada año son mejores. Tremendo.

En definitiva, Cristiano se ha convertido en una máquina de jugar al fútbol. En los últimos años era una máquina de marcar goles y de batir récords. Ahora, además, juega y hace jugar a sus compañeros y esto repercute en el rendimiento del equipo. El juego es más coral, todos se sienten más implicados y las cifras del portugués son cada vez mejores. Sin duda, una gran noticia para el madridismo y, por supuesto, para el fútbol.

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