De vuelta a Ítaca

Que vienen los comunistas

Como si hubiésemos sido víctimas de una extraña maldición, otra vez nos toca lidiar con unas elecciones...

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Como si hubiésemos sido víctimas de una extraña maldición, otra vez nos toca lidiar con unas elecciones. Pero esta convocatoria no es como las demás, no se crean, y no sólo porque estas sean las primeras de la democracia que se convocan por no haberse podido conformar un gobierno. Estas elecciones son especiales por otra cosa. Y es que por primera vez en muchos años, está tomando protagonismo un actor que ya casi había sido olvidado en las jornadas electorales: el comunismo. Y no. No es que el PCE vuelva a presentarse a las elecciones, ya que sigue relegando en Izquierda Unida esa atribución, sino que algunos políticos han decidido confundir al personal calificando de comunista a Podemos, no dudando para ello en resucitar viejas teorías franquistas en las que los comunistas se identificaban con el mismísimo demonio.

En estos días desde luego uno puede oír de todo, y a pesar de que a veces nos creamos curados de espanto, no he podido evitar sorprenderme ante algunos comentarios: que si vienen los comunistas a destrozar la economía (eso dicho por los mismos que han hundido el país resulta un tanto cínico, la verdad), que si el comunismo populista planea convertir a España en Venezuela, que si los comunistas… vamos, el mismo rancio discurso de Franco, algo así como “o el comunismo o yo”.

Pero de entre todas las acusaciones vertidas ahora contra el comunismo, ha sido la de Pablo Casado la que más ha llamado mi atención, ya que el flamante y joven vicesecretario de comunicación del PP, recientemente ha afirmado que el comunismo nunca había hecho nada bueno por las personas. Tal vez fuese porque estaba corrigiendo un trabajo sobre Sudáfrica a mis alumnos, pero en ese momento me acordé de los comunistas sudafricanos, y del papel que jugaron para acabar con el tiránico régimen del Apartheid. Pensé en Mandela, y en cómo fue arrestado siendo miembro del Comité Central del partido, y entonces mi mente me trasladó a otras cárceles en otros países; prisiones muy distintas entre sí, en las que se hablaban idiomas diferentes, pero que tenían en común haber albergado a comunistas en sus entrañas.

Recordé a los comunistas iraníes, y evoqué su lucha en solitario contra el régimen de los ayatolá, a los comunistas afganos plantando cara a los talibán, y a los comunistas italianos pereciendo a manos de la mafia. Por supuesto, también pensé en los miles de comunistas europeos que dieron sus vidas para acabar con el nazi fascismo en Europa…Demasiada gente que había hecho cosas buenas como para que las palabras de Casado no me hubiesen cabreado vamos.

En realidad tampoco tendría que haberme ido tan lejos, ya que aquí en España los comunistas también hicieron cosas buenas. Cualquiera que haya vivido la última dictadura conoce el papel que jugaron los hombres y las mujeres comunistas en la vertebración de una oposición en la que cuando se decía “el partido”, todo el mundo se refería al PCE. A lo mejor Casado no conoce la historia reciente de su país, y tal vez ignore que muchos comunistas murieron por traer la libertad.  Sin embargo, mientras eso ocurría, los fundadores del partido que él representa vivían plácidamente en la dictadura, o en algún caso incluso firmaban sentencias de muerte contra esos comunistas, personas cuyo único delito había sido organizarse para traer la democracia a nuestro país; personas, que digan lo que digan, sí que hicieron cosas buenas.

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