De incógnito

A votar se ha dicho

¿No queríais café? Pues aquí tenéis tres tazas

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Agitado y divertido año electoral este que nos espera con tres citas en las urnas en las que, salga el resultado que salga, me gustaría ver si esa movilización que dicen que hay en las calles termina traduciéndose en participación y deja de rondar la abstención el 40 por ciento de algunas ocasiones. ¿No queríais café? Pues aquí tenéis tres tazas.

La primera cita, la autonómica. Le ponga el apellido que le ponga, está más que claro que Susana Díaz lo ha medido todo antes de decidir convocar las elecciones: si el paso del tiempo le restará más o menos apoyo a los socialistas (o a ella); si divorciarse antes de que haya más hipotecas le beneficia más al PSOE (o a ella) o a IU, situándose más al centro frente a Maíllo y Garzón; si pillar a contramano a Podemos frena o no su capacidad de materializar en escaños su apoyo social; si acelerar antes de que aquellos que le dieron el voto al PP vuelvan a confiar en el partido a pesar de que Moreno Bonilla no ha cuajado; si ser la primera convocatoria electoral del año pillará al electorado con más o menos ganas de cambiar el estatus quo... No hay mayorías absolutas a la vista y el escenario electoral andaluz no tiene nada que ver con aquel en el que Chaves y Arenas se disputaron la presidencia de la Junta hace tres años... Han pasado tantas cosas que el día después va a ser hasta más interesante que la misma jornada electoral.

Luego vendrán las municipales, esas en las que los partidos siempre han contado alcaldes y concejales como fichas del parchís para repartirse diputaciones, mancomunidades y federaciones de municipios, que en muchos casos se presentan tan abiertas que ni los candidatos se atreven a enseñar ni sus propias encuestas. Será interesante ver si se mantiene la correlación de fuerzas políticas en algunas plazas históricas y cómo se materializan las agrupaciones de electores o coaliciones nuevas que están saliendo.

Y la traca final vendrá con las generales. El PP tiene las encuestas a su favor pero no las tiene todas consigo, aunque le ayuda sobremanera el descontrol interno de un PSOE en el que Pedro Sánchez parece que se busca o le buscan demasiados enemigos, mientras IU se pelea consigo mismo para mantener el electorado fiel que a priori parece robarle Podemos, un movimiento empujado por más desencantados que otra cosa y que pueden perder si la desilusión (más que la inteligencia) prende en sus adeptos. Yo, aviso, me voy a tomar y con ganas las tres tazas.

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