Me voy a arriesgar y me voy a meter en el “fragao” que me corresponde: El Correo de Andalucía se agota el día que edita un número especial explicando su situación y Canal 9 bate récords de audiencia cuando anuncian su cierre y toman el control -un día, gracias al decreto de “rescate” del Gobierno valenciano- los propios trabajadores. Algo falla en esta sociedad que tiene que esperar a ver a los medios de comunicación en crisis para acudir en su ayuda o atenderles. La gestión es clave, desde luego, pero muchos de los que podrían haber evitado llegar al límite del precipicio podrían haber actuado antes.
Los medios de comunicación, los públicos y los privados, son necesarios, tanto si son de una tendencia como de otra, cada uno garantiza una parte de un derecho que siempre he dicho que es activo y pasivo, el de ejercer el derecho a la información pero también el de recibirlo. No doy lecciones a nadie, no lo pretendo; como cualquiera, estoy a expensas de las críticas, es parte de este mundo en el que me metí hace muchos años, casi el mismo tiempo en el que me decepcioné por lo reacia que era la gente a leer algo más que su periódico de cabecera o ver su cadena de televisión de referencia.
Nada abre más la mente que conocer todas las opiniones y nada hace ser más crítico que saber leer entre líneas. Y si esta sociedad fuera crítica, quizás hubiéramos evitado muchos de los desmanes que ahora lamentamos (y que dejamos sólo en manos de la justicia, sin cambiar el modelo) y tal vez fuera más fácil encontrar salidas factibles de cara al futuro.
En estos días podrán ver ejemplos de periodistas que más allá de ejercer como tales lo que hacen es sufrir de vocación. Es parte del gusanillo de meterse en una Redacción y empezar a contar historias, que engancha, aunque la situación laboral sólo les deje sentirse como tal en ciertos momentos. Cuando miren a esos periodistas, reflexionen sobre qué parte de la solución tiene una sociedad que el mismo día del follón de las becas Erasmus de Wert, la noticia más leída era el encuentro entre Letizia Ortiz y Belén Esteban. Así nos va.
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