De incógnito

Queridos Banqueros Magos...

Este año voy a ser realista en mi lista de regalos y no voy a pedir la paz mundial, la erradicación de la pobreza, la felicidad para todos los míos y para los de todos los demás, que no nos falte salud y que la esperanza llene nuestros corazones...

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Queridos Banqueros Magos, este año voy a ser realista en mi lista de regalos y no voy a pedir la paz mundial, la erradicación de la pobreza, la felicidad para todos los míos y para los de todos los demás, que no nos falte salud y que la esperanza llene nuestros corazones. Esos deseos, además de típicos, tópicos e irrealistas, corresponden a otra Navidad pero no a la que quiero este año... Y empiezo mi lista.

En primer lugar, quiero que todos y cada uno de los responsables de bancos y cajas que hayáis cometido alguna ilegalidad vayáis a prisión y, si no, que devolváis hasta el último céntimo que os llevásteis sin que os correspondiera.

Después, quiero que todos y cada uno de los que habéis actuado dentro de la legalidad pero no dentro de la moralidad o la ética -obvio que no hablo de ideologías ni religiones- tengáis un alarde de responsabilidad y devolváis todo lo que habéis birlado a la sociedad con el beneplácito de los políticos.
Quiero, también, que os retiren los miles de millones que os han dado para que os rescaten y que se inviertan en sanidad, educación, dependencia, justicia, investigación, infraestructuras y en cualquier cosa que implique el mantenimiento del Estado de Bienestar que habéis ayudado a poner en peligro con vuestro egoísmo y avaricia, pecados estúpidos si pensáis que destrozar el futuro os va a generar beneficios.

Quiero que devolváis el cien por cien de esas preferentes, subordinadas, swaps y productos de alto riesgo que le habéis encasquetado a miles de pequeños ahorradores que sólo querían ser hormiguitas y no cigarras como vosotros. Y que no haya ni un solo desahucio más derivado de vuestros abusos hipotecarios, que negociéis como os atrevéis a hacer con las grandes empresas, esas que no os pagan y a las que, sin, embargo les hacéis la pelota y les ponéis la alfombra roja.

Y quiero, queridos Banqueros Magos, que todas y cada una de las comisiones que me habéis cobrado me las devolváis, porque ya ganáis demasiado con las nóminas, las pensiones, las prestaciones de todo tipo y las domiciliaciones. Es más, quiero saber exactamente los beneficios que obtenéis por mis cuatro duros, sus movimientos y en qué lo invertís.

Y, por último, quiero la desaparición de esta banca de usureros, irresponsable con la sociedad que le da de comer e hipócrita hasta límites que nunca pude sospechar.

Queridos Banqueros Magos, que el Caganer os acompañe todo el año.

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