De ciudad.es

Había una vez...

Es importante crecer, hagamos esta ciudad grande, pero no de cualquier forma

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Era el principio de una canción. Tres palabras acompasadas que detenían el juego infantil y creaban expectación. Esas mismas palabras también son principio de innumerables cuentos que no están tan lejos de la realidad como pudiera parecer.

Había una vez un puerto que quería ser ciudad. Tenía tiendas y restaurantes, bicicletas y atracciones y soñaba con tener una torre en medio del mar. Había una vez un paseo que quiso ser novela y un teatro que quería ser cine. Había una vez un parque...

Había una vez una ciudad tranquila, un tanto aburrida y provinciana, que no se gustaba. Y como era agradable se llenó de personas que tenían que trabajar fuera, en esa entelequia que llamamos la costa. La ciudad, para dar techo a tantas personas creció estirándose a lo largo de sus carreteras: de Antequera y Colmenar, de Cártama, de Almería y de Cádiz. Y se subió a sus caminos como los pájaros se suben al alambre.

Y quiso ser grande. Y quiso tener avenidas para unir barrios. Y quiso tener un río dónde sino mirarse sus dos riberas, sí al menos encontrarse sus dos mitades, desde el limonero a los callejones del Perchel.  Y quiso tener calles dignas con aceras de piedra. Y quiso tener un centro visitable, algo más que un híper de tabernas, algo mejor que un decorado de feria. Y quiso tener un centro-ciudad inigualable.
Pero no es bueno querer ser  “el que más” sin importar “de qué”. Por ser capital, no es bueno serlo de cualquier cosa. De la ciudad de las Vegas solo se habla por sus Casinos. Los norteamericanos solo se acuerdan de ella para sus películas de juergas. Cuando decimos Miami, ¿qué pensamos? ¿Acaso pensamos en sol, buena vida y drogas?  ¿Qué es en realidad ser capital de la Costa?

Es importante crecer, hagamos esta ciudad grande, pero no de cualquier forma. ¡Vengan foros de emprendedores! ¡Vengan Greencities y Transfiere! ¡Venga la investigación contra el cáncer! ¡Venga a Málaga ese tren que diseñan a la vez estudiantes desde distantes universidades y que quieren poner a 1000km/hora! ¿Conocen Sophia Antipolis?, con ella en Niza,  los franceses contraatacaron contra el éxito de su costa azul que condenaba a esa tierra a un monocultivo de hoteles, playas y balnearios. ¡Llenemos de fibra el valle del Guadalhorce!  Imaginen Silicon Valley entre los Alhaurines, Cártama y Ardales.... ¡Qué convivan sedes de empresas entre limoneros y naranjos!

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