La brisa que va meciendo nuestra bahía…” así comenzaba el último tango que tuve la suerte de interpretar con mi coro en el Concurso de agrupaciones de El Puerto de Santa María. Y todo hace indicar que será el último durante algún tiempo ya que el próximo 2016 el concurso tendrá solo a dos modalidades: comparsas y chirigotas.
Desde el absoluto respeto a los que han propuesto y han conseguido que se llegue a aprobar dicha medida, sí me gustaría aportar mi humilde opinión tras años en los que hemos sido siempre muy bien recibidos y tratados y en los que he llegado a ser pregonero de una fiesta que me apasiona.
Un error, pienso que es un error sesgar la fiesta y dejarla a la comodidad de las agrupaciones locales, que al ser en su gran mayoría comparsas y chirigotas se verán beneficiadas sin duda. Este hecho no significa que el Concurso se beneficie, al menos desde el punto de vista de la calidad.
Podrá venir más público (para ver a sus familiares), y las agrupaciones portuenses estarán con la tranquilidad de ser premiadas en un alto porcentaje al existir premios locales para ello pero, se antepone el interés particular y chovinista a la búsqueda de la excelencia y la variedad.
El tiempo dará y quitará razones y, no me refiero a la viabilidad económica ni mucho menos.
Simplemente pienso que se corre el riesgo de hacer un carnaval a la medida de quienes ya participan sin potenciar la creación de nuevas agrupaciones en nuevas modalidades menos comerciales pero esenciales para que el Carnaval siga teniendo razón de ser más allá de lo que vende.
Cinco primeros premios pueden dar para que más de uno piense que interés en este caso es nuestro.
Sinceramente, cualquiera que se maneje relativamente bien con los números sabrá concluir que no es precisamente esa la motivación principal para venir a cantar al Concurso, con un grupo de 50 personas que hay que trasladar, con montajes incluidos, maquillar, y tratar en condiciones durante sus actuaciones (con el coste que eso conlleva).
Por nuestra parte, seguiremos cantando en El Puerto el viernes de Carnaval de forma absolutamente desinteresada, como cada año, en la fiesta del colegio en el que disfruto cada mañana de la brisa que va meciendo nuestra bahía y, seguiremos aportando nuestro granito de arena para que la afición al Carnaval crezca sin pretensiones competitivas ni comerciales.
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